Herido, pero vivo

Soria

Ya sé que cuesta, y mucho, ser optimista en estos días. La situación no es desde luego como para estar relajados. Pero creo que hay que mantener un punto de serenidad. En los momentos complicados de tensión y preocupación creo que la calma es una de las claves fundamentales para poder seguir adelante. El Numancia se ha complicado la vida en exceso, cuando hace escaso mes y medio nadie pensaba que podía darse esta circunstancia.

A 3 puntos del descenso a falta de 6 jornadas. Con malas sensaciones en el juego y en el desarrollo de los partidos. Con resultados propios y ajenos que dificultan cada semana más el objetivo de la permanencia. Con una grada harta de ver como el equipo es incapaz de reaccionar y muy enfadada con un entrenador que parece no dar con la tecla apropiada para revertir la situación. Con un equipo bloqueado en muchas fases de los últimos partidos. Con errores que se pagan excesivamente caros. Con rivales que hacen poco pero hacen mucho daño. Con todo esto entiendo perfectamente que cueste mucho ser optimistas y mantener la calma. Pero es el momento de hacerlo porque hay motivos para creer y confiar.

En esta sumamente irregular campaña del Numancia hemos visto partidos o fases de los mismos ciertamente malos, sí, pero también hemos visto buenas actuaciones, que nos demuestran que está plantilla da para algo más que para estar penando en la parte baja de la clasificación. Que hay jugadores que aún pueden recuperar su mejor versión, que pueden tirar del carro y que pueden dar lo que el equipo necesita para afrontar esta recta final del campeonato.

La matemática (en un deporte en el que en el día a día la matemática no sirve para nada) dice en lo clasificatorio que la cosa está complicada, pero no imposible. Son tres puntos por encima de Lugo, contando con que ahora mismo hay solo una plaza de descenso en juego (con Córdoba y Nástic prácticamente desahuciados desde hace meses). A esos tres puntos hay que sumar otros 3, los correspondientes al partido del Reus, y ese +1 virtual que otorga el tener el golaverage ganado con el cuadro gallego, que tampoco está por cierto ni mucho menos en un buen momento, con un reciente cambio entrenador y parece que no tiene capacidad de reacción.

Quedan 6 jornadas, 18 puntos en juego, 15 para el Numancia. Creo que hay que quedarse con eso, con que las cuentas salen pueden salir. Además hay innumerables duelos directos de aquí al final de la Liga. Y está claro que el Numancia aún tiene que seguir sumando, no se va a salvar con 43 puntos. Pero esos puntos tenemos que sumarlos entre todos. Soria entera. De nada vale lamentarse ahora. Es el momento de apretar los dientes, de sacar el espíritu numantino, de lucha, de combatividad, de esperanza. Porque nada está perdido. Nada. El Numancia está herido, pero está vivo. Y eso es lo que importa.