Pablo Aguado se consagra con un portazo de cuatro orejas a la del Príncipe
El sevillano estuvo toda la tarde pletórico. Morante de La Puebla y Roca Rey también lograron un trofeo cada uno
Sevilla
Desde el quite por chicuelinas que le hizo al primer toro de Roca Rey hasta la contundente estocada que le propinó al toro que cerró plaza, el sevillano Pablo Aguado ha estado pletórico en el festejo de Feria celebrado este Viernes de Farolillos en la Real Maestranza, donde ha salido a hombros por la Puerta del Príncipe tras desorejar a sus dos oponentes. En total, cuatro orejas que no se cortaban por un mismo torero en la misma tarde desde el 28 de abril de 2006, también Viernes de Farolillos y entonces con Salvador Cortés como protagonista. Gran corrida de Jandilla en la que Morante de La Puebla y Roca Rey también lograron un trofeo cada uno.
- FICHA DEL FESTEJO
Tras romper el hielo de su particular tarde con el citado quite, Aguado lanceó con temple a su primer toro, sobre todo por el pitón derecho, destacando las dos medias verónicas y la revolera del remate. El de Jandilla no humilló y esperó en banderillas, pero Pablo le recetó con su muleta la mejor medicina, la del temple y el toreo despacioso en una faena medida de una veintena de muletazos que, plenos de torería, pusieron en pie a los aficionados. Gran estocada para lograr las dos primeras orejas. Al sexto lo cuajó a la verónica en el recibo y en el quite, sonando en este último la música, y después respondió por chicuelinas al galleo del Bu que hizo Morante. Ahora, brindó su faena al público y, de nuevo, el temple como mayor virtud a pesar del molesto viento. Sublime una serie al natural para otra faena medida a la que puso colofón con otra estocada traserilla para, otra vez, el doble trofeo.
Morante no quiso irse de vacío en su despedida de la Feria y estuvo queriendo toda la tarde. Expuso en su primero, un toro insulso que no humilló nunca, aunque se alargó con el descabello. Al cuarto lo cuajó de capote en el quite a la verónica, con remate de media y revolera, y, tras brindar al respetable, salió arreao por el triunfo de Aguado en el tercero, comenzando la faena de rodillas. Le siguieron dos largas series por el derecho y tragó por el otro pitón, donde el toro fue algo mironcete. Estocada desprendida para acabar su paso por La Maestranza con el buen sabor de una oreja.
Igual premio, una oreja, logró Roca Rey en el primero de su lote. El peruano salió dispuesto a adueñarse de la tarde y se fue a portagayola a recibir al toro. Una larga cambiada en el envite, dos más en el tercio y tres faroles de rodillas para escuchar la música y enaltecer a los tendidos. Tras responder al quite de Aguado, brindó la faena de muleta a Rafa Serna, presente en el callejón, para comenzar con intensidad de rodillas y aprovechar después la gran nobleza, aunque justo de motor, del toro de Jandilla, que lo tuvo a su merced en una voltereta por el pitón izquierdo y, por fortuna, no le hizo nada. Tras una estocada desprendida, cortó una oreja. El quinto lo brindó al público parar iniciar la faena en los medios con dos pases cambiados por la espalda de enorme firmeza. Hubo un par de series mandonas por el pitón derecho y una más al natural, tras la que el animal perdió algo de fuelle. Ahora, el pinchazo previo a la estocada lo dejó todo en una ovación.