Fútbol
CULTURAL

La crónica de un descalabro inimaginable

Detrás de la errónea planificación inicial se esconde una temporada para el olvido en la Cultural que más ambición económica manifestó.

La Cultural se prepara para una dura resaca post-temporada / CYD Leonesa

León

En el día después de la jornada que confirmó su destino, la Cultural lame sus heridas en la trastienda. El protocolo habitual con Aspire al mando abrirá un profundo periodo de reflexión y análisis interno para determinar las causas de un descalabro mayúsculo y depurar responsabilidades. Echará humo el correo eléctrónico de Iván Bravo, director general de la entidad catarí, recibiendo informes por doquier al mismo tiempo que se perfila el nuevo plan dentro del mismo escenario, la Segunda División B. Dilapidado el fondo de LaLiga para los equipos descendidos de la Segunda y desgastada la capacidad inversora de la propiedad, el futuro inmediato arroja dudas, aunque Aspire seguirá al frente del proyecto. ¿Lo hará solo o con compañía?

El hermetismo del que se ha hecho gala en estos años augura semanas de impaciencia para la abundante masa social, que este curso batió récords. Los más 7000 abonados fueron la mecha que encendió la mecha de la ilusión tras la traumática salida del fútbol profesional. Parecía un buen punto de partida para enfocar un año de transición. El deseo se convirtió en convicción. La faraónica Cultural de los más de cuatro millones de euros de inversión lucía músculo...y soberbia. También gazapos llamativos más propios de estructuras más modestas. La planificación deportiva hizo saltar las alarmas en plena pretemporada.

Felipe Llamazares e Iván Bravo, durante un encuentro en Doha / Radio León

A la llamativa elección del joven Víctor Cea como director de una potente escuadra cuyo único objetivo era ser campeón de grupo se unieron la tardía decisión sobre qué futbolistas se mantendrían en la plantilla y las idas y venidas de jugadores fichados y luego despedidos. Tras la salida de Rubén de la Barrera y Óscar Cano, al que se ofreció el cargo de entrenador, Felipe Llamazares asumió el rol protagonista desde la dirección general y con amplías facultades para decidir en lo deportivo. "Se dio demasiado poder a De la Barrera y a Cano", se decía entonces para explicar la decisión de prescindir de un cargo de dirección en la materia. Aspire eligió al entrenador y desde la sede del Reino de León se lideró el resto de las operaciones con una máxima: convencer al máximo de jugadores posibles de la plantilla del descenso, sin una fecha límite, sin aparentes prisas.

Mientras avanzaban los días y no se obtenían respuestas claras, se ponían parches en forma de fichajes. Resultó un dislate. Cinco porteros para comenzar el trabajo, entre ellos Xabi Irureta, luego rescindido, compras con fecha de devolución (Fer Ruiz), futbolistas sin licencia (Ángel García) y piedras angulares del nuevo plan con un ojo en el club y otro en el mercado. Albizua apostó al blanco, pero Guarrotxena dio la espantada a última hora. En el inicio de curso, la delantera culturalista pasó del anhelado trío Aridane-Guarrotxena-Marco André a la soledad del ariete canario, escaso para tanto gasto.

A contrapié rearmó el plantel y a contrapié caminó desde el comienzo del campeonato, con una "mentirosa" goleada en el debut ante el Rápido de Bouzas. Tres derrotas en los cuatro partidos siguientes marcaron el desarrollo de todo el curso. Cea cayó en desgracia y ni siquiera el brillante paso por la Copa del Rey y la imagen ofrecida ante el Barcelona salvó su pellejo. En el Helmántico charro tocó fondo y su despedida estaba cantada, a la espera del visto bueno de la dirección y la libertad de Aira, vinculado al Grupo Baskonia-Alavés. El berciano tomó las riendas con una máxima: recuperar a los futbolistas de talento que parecieron caer en el olvido en la etapa anterior frenando así la cantada salida del club de estandartes como Yeray González.

Aira no seguirá en la Cultural al término de la presente temporada / CYD Leonesa

Con Aira volvió el juego vistoso y combinativo acorde al potencial de la plantilla, pero los resultados llegaron a cuentagotas. No al menos con el caudal exigido para el coco del grupo, teóricamente mejorado en enero con seis refuerzos, cuatro de ellos de superior categoría. Los duelos directos confirmaron las sospechas de una Cultural poco fiable y que quedó noqueada con el cabezazo del unionista Admonio. Sin embargo, el calendario inmediato presagiaba una racha triunfal. Así fue. Incluso alcanzó el liderato. Irreal. La liga (Fuenlabrada, Ponferradina, Burgos, Salamanca, Guijuelo) le puso en su sitio a medida que el banquillo daba palos de ciego y sin resultado. Cambios de jugadores, de sistema y toques de atención varios. Ninguno tan contundente como el que señaló a Josep Señé, la estrella del equipo, lejos de su nivel mínimo y al que la Cultural retuvo desoyendo propuestas económicas, de la UD Las Palmas en verano y luego del Málaga, que, previo pago, quiso adelantar en enero el fichaje que será realidad en unas semanas para evitar el desencuentro finalmente consumado con la grada del Reino. 

Once meses después, la Cultural regresa a la casilla de salida con un resultado inimaginable incluso en las peores previsiones. Un batacazo que pone en tela de juicio el proyecto marcado años atrás que alcanzó su punto álgido en mayo de 2017 y que, solo dos años más tarde, obliga a un examen de conciencia para retomar la senda adecuada. Aspire vuelve a tener la palabra...o los silencios.

 

Pablo Campos

Pablo Campos

Redactor deportivo Radio León: programas y retransmisiones. Corresponsal Diario As

 
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