Se ponga Urano como se ponga
Blog de campaña de nuestro enviado especial a la caravana electoral del PSOE Victor García.
Talavera de la Reina
Suele decirse que las elecciones son la fiesta de la democracia. A mí me gusta pensar entonces que la campaña tiene que ser la feria. Buen rato echamos este San Isidro en Talavera de la Reina a 33 grados en la caseta del PSOE. Por cierto si alguna vez van con el candidato a pedir algo a la barra, prepárense.
Con Emiliano García-Page compartimos un mojito en el ferial talaverano y alguna que otra confidencia en el autobús de la prensa, que rodaba ya camino de La Puebla de Montalbán. No sé si saben que es tradición que los periodistas de la caravana le cantemos el horóscopo a quien aspira a gobernar la Junta. Para ser honestos, es la segunda vez que lo hacemos, la primera fue a estas alturas de campaña en las autonómicas de 2015.
Por lo visto los astros le resultan favorables a Géminis en esta época del año, previa al cumpleaños del candidato en junio, y pegada a la cita con las urnas. Así se explicaría la racha de Garcia-Page que siempre ha gobernado tras pasar por las urnas:
“Alerta, estratega, chispeante y veloz, posee un intelecto sagaz con el que todo lo puede conseguir y/o gestionar”. Es el texto del horóscopo de ABC, nuestra referencia en estos asuntos, y que me tocó transmitirle al candidato.
Ya metidos en harina astrológica, nos atrevimos también con el de Paco Núñez, el candidato Piscis del PP a la Junta al que Urano le deparaba otro destino:
“La vida nos sorprende mil veces. Urano el detonante del cambio más incisivo, pero solo le dará un toque sutil”, rezaba el presagio. Vaya, “eso es minoría, si es sutil es minoría”, bromeaba el socialista.
Luego confesó no creer en las predicciones astrales. “No soy supersticioso pero tengo mis manías”, nos contaba, como dejar de leer un libro siempre “en una página impar, o contar los AVES que nos cruzamos cuando vamos en carretera”.
Cada uno tiene sus cosas, a mí me dio en su día por fijarme en las matrículas de los coches y, oigan, aquí sigo. El cerebro necesita distracciones, más todavía viviendo de mitin en mitin y de pueblo en pueblo, por muy sagaz y chispeante que uno sea. Se ponga Urano como se ponga.