La huelga de pilotos deja al Estrecho sin helicópteros de Vigilancia Aduanera

Cádiz

La huelga indefinida a nivel estatal que están llevando a cabo los pilotos de helicóptero de la empresa BABCOCK -una concesionaria estatal que ofrece servicios de extinción de incendios, salvamento marítimo, atención sanitaria, vigilancia aduanera y Oil & Gas- tiene un impacto directo en el control de fronteras y, por ende, en la persecución del contrabando y el narcotráfico en las costas andaluzas, especialmente en las gaditanas y almerienses.

Y es que de los más de 80 pilotos de helicópteros que llevan a cabo misiones en los 21 helicópteros que tiene esta empresa en Andalucía, 7 pertenecen al servicio de vigilancia aduanera, el único sector dentro de la empresa que no ofrece ningún servicio mínimo en la región andaluza. Tanto los helicópteros de extinción de incendios como los de salvamento marítimo y atención sanitaria están obligados por el Ministerio de Fomento a ofrecer el 100% de los servicios mínimos en misiones de emergencia, pero los que llevan a cabo misiones para la vigilancia fronteriza, que dependen del Ministerio de Hacienda, están completamente parados. Ninguno de los dos helicópteros de las sedes de Almería y Algeciras están saliendo a volar por el espacio aéreo andaluz, con las graves consecuencias que ello conlleva, principalmente, para el control y la detención del narcotráfico.

Andalucía es la comunidad autónoma con los dos puntos más importantes de entrada de contrabando y, principalmente droga, en todo el país, Almería y la zona del Estrecho de Gibraltar. La función que desarrollan los helicópteros vigilancia aduanera es capital porque, tal y como ha contado a Radio Cádiz Ignacio Martín, piloto y jefe de la sección sindical del SEPLA, "el servicio de vigilancia aduanera lleva a cabo persecuciones a gran altura hasta los puntos de descargar de droga y, posteriormente, de seguimiento de los vehículos que recogen la mercancía hasta que la llevan a las 'guarderías', como se denominan los lugares donde almacenan la mercancía. Por eso es clave, porque además de perseguir a 'los malos', averiguamos donde guardan el material".

De los 4 helicópteros de vigilancia de aduanas de España no habrá ninguno volando, y en consecuencia, ninguno de los de Andalucía. "Ahora la vigilancia tendrá que hacerse con barcos, o con lanchas rápidas, por ejemplo, que no es lo mismo que un helicóptero que vuela de noche a cerca de 270 km/h", afirma el jefe de sección sindical del SEPLA, al tiempo que lanza un mensaje de advertencia al Ministerio de Hacienda: "no sé por donde saldrá el ministerio, pero no creo que le haga ninguna gracia quedarse sin helicópteros".

Es una situación de especial alerta ante la proximidad de la campaña de verano, en la que las condiciones meteorológicas óptimas propician un mayor número de intentos de introducir droga en España, se produce un incremento en la llegada de migrantes a bordo de embarcaciones, la época estival conlleva un repunte de los visitantes a andalucía y la consecuente subida en el número de accidentes de tráfico, y el aumento de la temperatura multiplica las posibilidades de incendios.

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La huelga indefinida, que se desarrolla a nivel estatal desde el 18 de mayo y hasta el 23 del mismo mes es, según el SEPLA, la modificación sustancial de las condiciones de trabajo que pretende llevar a cabo BABCOCK después del bloqueo hace más de un año de las negociaciones del segundo convenio colectivo con el personal de la empresa -que no sólo son pilotos, sino también mecánicos y personal de oficinas-.

La multinacional británica de servicios de apoyo en entornos de seguridad y misión crítica pretende reducir a los pilotos un 13% de su salario bruto eliminando parte de las dietas. Un menoscabo del sueldo que supone unos 400 euros menos al mes, y que desde el SEPLA califican de "intolerable", porque la gran mayoría de ellos trabajan fuera de su lugar de residencia, o de donde viven sus familias, "y las dietas son parte de su sueldo". 

Reivindican la importancia de su trabajo "salvando vidas cada día", y consideran que no están lo suficientemente valorados, además de disponer de una plantilla corta de pilotos. "Los directivos se piensan que volar un helicóptero es un caramelo. La preparación que requiere es increíble, trabajamos más de 2.000 horas al año, hacemos vuelos de emergencia jugándonos la vida mientras cargamos una cubeta para extinguir un incendio o aterrizamos al lado de un acantilado para salvar a un tipo que se ha caído en la montaña", apunta Ignacio Martín. Desde el sindicato ya han tomado la decisión de llevar a cabo una segunda huelga desde el 27 al 30 de mayo, y explican que están dispuestos a seguir con los parones en junio, hasta que la empresa no retome las negociaciones del convenio colectivo y garantice que no habrá ninguna bajada salarial.

A la gravedad de la falta de efectivos para el control aduanero desde el aire, se suma la huelga del resto de sectores que, si bien tienen garantizados el 100% de los servicios mínimos en misiones de emergencia para extinción de incendios, salvamento marítimo y servicios sanitarios, no significa que no haya consecuencias directas en las operaciones que pueden llevar a cabo.

"Puede darse la siguiente situación: que haya un helicóptero sanitario que le pidan que lo pisicione en un sitio concreto, y al no ser un vuelo de emergencia, no pueda llevarlo ahí" advierte Martín, que posteriormente alerta sobre la incompatibilidad con las maniobras de entrenamiento o mantenimiento de los pilotos, que tampoco podrán llevarse a cabo a causa de la huelga.

En total, en todo el país, son 450 los pilotos que se han sumado a esta huelga, una cifra que representa la mitad de la plantilla de pilotos que hay en España, de los que 14 pertenecen al Servicio de Vigilancia Aduanera. Los 'helicópteros azules' en tierra y, mientras, cielo abierto para los narcos.