Mi voto por un debate

Toledo

Es verdad que los debates electorales ensanchan la democracia. No se imaginan cuánto. Sobre todo cuando de ello depende que puedas votar o no.

Es lo que les ha ocurrido a varios periodistas de la caravana del candidato del PP. Empadronados en otra ciudad, y trabajando el domingo 26 de mayo en Toledo informando sobre las elecciones, difícil empresa era acercarse a su colegio correspondiente a ejercer su derecho. El voto por correo era la única opción. Con lo que no contaban era con no tener tiempo material para recogerlo y depositarlo.

Y es que seguir una caravana electoral te priva de ocio, de familia, de horas de sueño y te aísla del exterior. El autobús te recoge a las 7h de la mañana y te devuelve a casa pasadas las 00h de la noche. Rara cosa es encontrar tu oficina postal abierta.

Rubén García Castelbón (CMM) y Miriam Serradilla (EFE) tienen su mesa en Guadalajara y Talavera de la Reina respectivamente. Pese a haber solicitado con antelación el envío de la documentación, el no pasar por casa hacía inviable primero: recoger el aviso postal del buzón (porque el cartero llama al timbre y no hay nadie) y segundo: el sobre con las papeletas en Correos en horario laborable. Ya se daban por vencidos, cuando ¡Eureka! se anuncia debate y eso, al margen de lo político, se traduce en unas pocas horas sin mítines electorales por los pueblos de la región.

Rubén y Miriam ya han votado. Para ellos el debate no ha sido decisivo a la hora de decantarse por alguna de las opciones en liza, o por ninguna. Pero sí les ha servido para ser iguales que el resto. Y la igualdad de oportunidades, en democracia, es lo más importante.