Sobre la voluntad de cambio de los electores

Santa Cruz de Tenerife
Insiste la izquierda en que los votantes han expresado su voluntad de cambio en estas elecciones. Y es cierto: el PSOE ha logrado 70.000 votos más que en 2015 en las siete circunscripciones insulares, y unos 75.000 votos más en la circunscripción regional. De los otros dos partidos de la izquierda, Nueva Canarias ha perdido 13.000 votos y Podemos 55.000. Supongo que eso también debería expresar alguna voluntad de cambio de algo.
Ocurre que el PSOE no es único partido que ha mejorado sus resultados. Por citar sólo a su principal antagonista y posible socio en la etapa que se inaugura, Coalición Canaria aumentó 28.000 votos en la suma de las siete islas, y 41.000 votos en la circunscripción regional. Sobre sus resultados del 2015, el PSOE mejoró algo menos del nueve por ciento, y Coalición algo más del tres y medio por ciento. Parece evidente que los resultados de Coalición son también unos buenos resultados, sobre todo para quienes votaran a Coalición: más aún si se interpretan esos resultados en el contexto de gran crispación, con todos los partidos insistiendo en la urgencia de “acabar con el régimen”, y con un presidente del Gobierno al que –con el concurso de una Fiscalía que desechó todos los informes exculpatorios elaborados inicialmente- se ha logrado imputar penalmente. A pesar de todo eso, Coalición mantiene el Cabildo de Tenerife (además del de Fuerteventura y ganar el de La Palma), duplica su representación en Gran Canaria, logra mayorías absolutas en varios municipios y crece en Santa Cruz y en La Laguna -¡¡¡En La Laguna!!! Y además, manteniéndose en ambos municipios por encima del PSOE…
Es indudable que parte de los votos emitidos por los ciudadanos incorporan tal voluntad de cambio. Pero las sociedades no actúan como seres vivos, los resultados de las elecciones no representan un mandato colectivo. Eso es una mistificación: el voto es individual, se ejerce de forma individual y secreta, no es un ejercicio colectivo, aunque se ejerza por millones de personas de forma simultánea. Es el ejercicio íntimo de un derecho, que se manifiesta como consecuencia de intereses, planteamientos ideológicos, filias, fobias, prejuicios, interpretaciones, gustos, preferencias e incluso caprichos. Por eso en Canarias esa supuesta voluntad de cambio incorporada al voto es bastante dispar. Tan dispar como votos individuales se han expresado.




