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Elecciones municipales 2019

PSOE y BNG ya tuvieron un primer encuentro para pactar un posible gobierno en el Concello de Lugo

Los nacionalistas avanzan que no vetarán a Lara Méndez porque las investigaciones sobre ella se ciñen al ámbito administrativo

Cadena Ser

Lugo

La alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, y el nacionalista, Rubén Arroxo, han mantenido el primer encuentro para pactar un posible gobierno en el concello.

Fue una conversación que se producía ayer martes, de “unos diez minutos” acreditaba Arroxo, “para hablar de sí teníamos pensado reunirnos o si ya no iniciábamos” el diálogo.

Sea como sea, ambas partes quedaron, y así lo han constatado tanto Arroxo como el portavoz del gobierno socialista, Miguel Fernández, de mantener nuevos encuentros, con los equipos negociadores que aún están por definir, que se materializarán a lo largo ya de esta semana.

Fernández dijo que la “idea” con respecto a las negociaciones “es no demorarlo demasiado” dejando claro que se iniciarán a lo largo de esta semana, algo que también confirmó el propio Arroxo.

Considera que las negociaciones “se van a circunscribir a este ayuntamiento, a fin de cuentas nos debemos a los vecinos de este municipio y a proyectos para los vecinos del concello”.

En cuanto al planteamiento, de entrar en el ejecutivo o solo alcanzar un acuerdo de investidura, Fernández ha dejado claro que los socialistas buscan “un gobierno estable, que permita tener presupuestos, y una serie de proyectos que tenemos pendientes, para eso cuanto más estable sea el gobierno mejor porque pensamos que va a defender mejor los intereses de los vecinos y vecinas de la ciudad”.

Miguel Fernández, portavoz del gobierno local del concello de Lugo

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Aunque esa es la “idea”, de la entrada de los nacionalistas en el gobierno, todavía tendrán que “escuchar a la otra parte y a partir de ahí ver que se puede llegar a acuerdos, siempre en base a proyectos para la ciudad”. “Hay muchos planteamientos que, en principio, pueden confluir fácilmente y por lo tanto no debía de ser complicado llegar a acuerdos”, zanjaba.

En definitiva, Fernández convino que entre socialistas y nacionalistas “hay muchas más cosas en las que confluimos que las que nos separan, pero hay que hablar”. “Durante estos cuatro años, es verdad, que hubo a veces posiciones encontradas, aunque globalmente la visión de la ciudad y los proyectos de peso para la ciudad tienen mucha similitud”, ha incidido.

Desde el BNG, el candidato Rubén Arroxo anticipaba que ellos pondrán encima de la mesa de negociación “ese proyecto en el que estuvimos trabajando durante estos meses e ir para delante con eso y después buscaremos donde somos más útiles para llevarlos a cabo”, en este caso o en gobierno o en la oposición como ocurrió en la última legislatura.

En cuanto a las áreas que podrían reivindicar los nacionalistas, ha reiterado que “lo que vamos a exigir es un proyecto para llevar adelante, porque de nada sirve que unos lleven la concejalía A o B y después las decisiones que se tomen en la concejalía A sean totalmente incompatibles con la concejalía B, entonces tenemos que tener un proyecto claro con las líneas objetivas que se quieren llevar adelante en estos próximos cuatro años y desde ahí trabajar, y luego vendría lo demás que sería ver como se reparten esas áreas”.

Arroxo no dudó en puntualizar que con los socialistas “hay diferencias programáticas, empezando por el Plan General (de Ordenación Urbanística), tenemos posiciones diferentes”. “Nosotros tenemos que llegar con esas diferencias a distintos acuerdos”, deslizaba.

Otro aspecto que se ha afanado en subrayar, sobre sí solo respaldo a la investidura de Lara Méndez o entrar en el gobierno, que eso lo “decidirá la militancia, que aún no se reunió”, si bien esgrimió que “en el BNG sí algo dejamos patente, todos estos años, salvo casos muy graves intentar evitar que gobierne la derecha”. “Seguiremos esa línea”, ha aventurado.

Finalmente, sobre un posible veto a la alcaldesa por dos investigaciones, más ceñidas al marco administrativo (una denuncia del sindicato CSIF y otra del PP), ha recordado que “cuando fue la cuestión de Orozco (al que vetaron en 2015 por su imputación en la Pokémon), ya hablábamos de imputaciones con cuestiones relacionadas con la corrupción y siempre lo diferenciamos de cuestiones administrativas”. Con ello, ha proclamado que eso “no” sería un “escollo”.

Los socialistas cuentan con ocho concejales, mantienen la representación de 2015, que precisarían la suma de los cinco del BNG para gobernar, que prácticamente casi triplica su representación de hace cuatro años. El bloque de la derecha suma doce ediles, diez del PP más dos de Ciudadanos, en una corporación de 25.


 
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