El recuento

León

Hay amores efímeros y hay recuentos que prometen ser eternos. Nos pasamos la vida recontando. No siempre es fácil asumir el escrutinio final porque a veces el acta de una mesa es un espejo donde se refleja una imagen definida de nuestro propio fracaso. Y entonces se recurre al maquillaje postrero de los tribunales o de las Juntas electorales, donde no sería descartable una pirueta final que nos dejara de nuevo con la boca abierta. Ale Hop.

Por el camino, parece que José Antonio Diez será alcalde legionario. UPL y Podemos mediante, que en estas transacciones nunca se sabe y hasta el rabo todo es toro.

Ahora estamos en eso que los cultos llaman el interim. Llamadas, promesas, repartos, y mucha política de mesa camilla porque las posibilidades son muchas , aunque el interés sea común: mantener o conseguir el sagrado cáliz que nos dé cuatro años en el paraíso de los despachos con moqueta. Todo Incluido.

Y si lo de León va para Mister Proper, lo de Pucela se caerá definitviamente en el foso del extremo centro. Presidencia mañuequeña con Ciudadanos cobrando la mordida alícuota. Tudanca, date por jodido. No hay lugar para los felones de Sánchez en el reino del Pisuerga.

Pero lo que nos llena de zozobra es qué será de Toñin. Este rejonazo llega en el peor momento. Aunque siempre habrá un hueco para los humanos en algún rincón de la Yunta, o del Procurador o del Consejo Económico Y Social o del Tribunal de Cuentas, que muchas son las capillas en las que pararse a rezar un rato camino ya del bien ganado retiro.

Y de Majo, qué me dicen. Se le ha quedado jeta de pagano después de la puñalada coyantina. Ya se sabe que Génova no paga a perdedores.

Pero no dejemos que las cuitas invadan nuestros corazones, ahora que la primavera alumbra los prados , la esperanza brota en las terrazas colmadas de creyentes y nos ponen de nuevo la marquesina de la estación a la espera de un tren que nos saque de este páramo para siempre.