Hoy por Hoy CórdobaHoy por Hoy Córdoba
Actualidad
Opinión

Coexistencias

Coexistencias. Firma de opinión. Javier Vilaplana.

Coexistencias. Firma de opinión. Javier Vilaplana.

02:18

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/019RD010000000238059/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Córdoba

La Mezquita Catedral, Medina Azahara, los patios, el flamenco, el centro histórico, la dieta mediterránea o el puente romano coexisten en nuestra ciudad con algunas de las zonas más pobres de España.

Si la pobreza es un problema lo suficientemente grave como para tener que ocupar un lugar preeminente en la agenda política, no menos importante resulta abordar lo que la filósofa Adela Cortina definió como aporofobia, es decir, el rechazo, la aversión, el temor y el desprecio hacia el pobre, hacia el desamparado que, al menos en apariencia, no puede dar nada a cambio de lo que se le ofrece, si es que se le ofrece algo.

Tomando como punto de partida este concepto, Sara Mesa narra en su libro Silencio administrativo la desesperada historia real de una mujer discapacitada y sintecho que cuando pide ayuda se encuentra con un laberinto burocrático y con una administración kafkiana e inoperante. Todo ello aderezado por la inestimable labor de determinados grupos sociales, políticos y de comunicación que contribuyen a afianzar tanto prejuicios que dibujan una imagen distorsionada y magnificada de las ayudas públicas destinadas a erradicar la pobreza, como la idea de que el pobre lo es porque es un vago o, simplemente, porque ha elegido vivir así. En resumen, los argumentos propios del perfecto manual de aporofobia.

El incalculable patrimonio material e inmaterial de Córdoba coexiste con la zona de Palmeras, con el barrio del Guadalquivir, con el Sector Sur o con la zona de El Higuerón.

Coexiste pero no convive, porque la desigualdad es un lugar extraño. Vivir realidades distintas nos ensimisma y nos aleja los unos de los otros. No nos reconocemos en los ojos de nuestros vecinos, si es que nos detenemos a mirarlos, porque las diferencias -que luego repercuten en nuestra educación, nuestras oportunidades laborales, la vida social y cultural que disfrutamos, o incluso en nuestra mala o buena salud- nos alejan, desatando los lazos que nos deberían unir en tanto que individuos que compartimos un mismo espacio común.

Lo más

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00