El 'Verso suelto' de Jesús Arbués

Zaragoza

Esta semana, hemos sabido que hay hospitales donde las sábanas vuelven de la lavandería con manchas de sangre o de heces. Son concursos públicos y, en su adjudicación, lo objetivo manda. "Nada más objetivo que el precio", eso dicen los nuevos Poncio Pilatos de la gestión administrativa. 

Las sábanas del hospital, las comidas en colegios, asilos y cuarteles... y hasta la manera en que se vuelcan los votos a la red son deficientes. "Ganaron el concurso", les dirán. "Lo arreglaremos en el próximo".

En la cultura, de estos sabemos hace años. Si usted se presenta a la adjudicación de un curso, puede haber sido solista de la Sinfónica de Viena; suele ser subjetivo. Si un músico de charanga lo hace un euro más barato, se llevará el gato al agua; es objetivo. 

Hasta los niños saben en nuestra sociedad que ni la casa ni el coche ni la comida más baratas son las mejores. Ni siquiera nuestros políticos y funcionarios entraron ahí por ser los más baratos. ¿Por qué tenemos que tener lo más barato en servicios públicos? Pagar toda tu vida impuestos para acabar mirando con pavor las sábanas de un hospital es cuando menos injusto. Debería hacernos reflexionar a todos