Aún resonaban en nuestras cabezas el concierto del viernes de Carmencita Calavera con motivo de Orgullo Granada y casi sin tiempo para volver a colocar a la ciudad en su sitio tras el derroche sonoro y visual que nos regaló este grupo, llegaba una nueva entrega de Distrito Sonoro, una noche en la que confrontar estilos ya que por un lado teníamos a Dolorosa y por el otro a Soleá Morente junto a Napoleón Solo. El grupo que encabezan Natalia Muñoz y Raúl Bernal es de los que te llegan y te llenan completamente, Sus temas son unas composiciones preciosistas que se basan en la suave y dulce voz de Natalia, que se dúa durante gran parte del concierto con la de Raúl, en un frágil y suave equilibrio, que se eleva a un nivel superior, gracias a las notas musicales que emergen de los instrumentos de Antonio Lomas, Fran Ocete, Chesco Ruiz y Carlos Marqués. Teníamos gran interés por verles fuera de su zona de confort, esta es, una sala o teatro en donde cada uno de los matices que componen las partituras se puede notar, sentir y hasta paladear, pero por eso mismo en un concierto gratuito y con un tipo de público acostumbrado a otros estilos más ligeros, nos surgía esa duda. Esa misma que rápidamente desapareció y ya en el tercer tema encandilaron desde los que estaban en primera fila a los que se apostaban en los bancos de la Plaza del Campillo o los que estaban en las inmediaciones de la Fuente de las Batallas, en buena medida porque la batería gana en contundencia y la guitarra de Bernal se une a la fiesta, dotando de una impronta más festivalera. Todo el repertorio que nos entregaron en directo es un compendio de temas de corte melancólico, pero dejando entrever una luz que ilusiona y anima al final de los mismos, efectivamente, igual que en la vida real. Tras ellos era el turno de Soleá Morente junto a Napoleón Solo, era como girar la misma moneda y que saliera la otra cara de la misma. Se notó que ese influjo sacromontano tiene mucho tirón y adeptos, que no suelen ser muy habituales y eso se notaba. El estilo de la pequeña de los Morente es complicado de etiquetar, si bien la incorporación de Alonso y su banda le ha permitido crecer musicalmente y erigirse como la defensora del «indie aflamencado», una auténtica fusión del pop indie junto a bases más electrónicas y acompañados de los quejíos y dejes flamencos. Puede gustar o no, pero hay que reconocer la valía para explorar ese camino y que el público parece caer rendido ante innovadora apuesta. Pero su directo no sólo se quedó aquí, también hubo momentos para un flamenco más puro y profundo, demostrando que su voz es un potente caudal sonoro. Un concierto dividido en 2 partes, así lo corroboraba su cambio de vestuario y nada mejor que dejar a Napoleón Solo como grupo con sus temas propios, esa Lolaila Carmona sigue siendo una explosión de alegría que contagia e irradia, en el intermedio del concierto de Soleá Morente. La semana que viene será la última entrega, con Nacho Vegas junto a «Unidad y Armonía» de esta segunda temporada de Granada, Distrito Sonoro, el reto del Ayuntamiento de Granada junto a Cervezas Alhambra, por llevar la música a toda la ciudad y que a falta de los números definitivos, está siendo un verdadero éxito de nuevo.