Economia y negocios

Calidez para celebrar 50 años de calidad

Más de 1.200 trabajadores de los centros que Calidad Pascual tiene en Castilla y León se reúnen en Aranda para conmemorar el 50 aniversario de la firma que cuenta ahora con más de 20 fábricas y distribuye sus productos a 70 países

50 AÑOS DE CALIDAD PASCUAL

50 AÑOS DE CALIDAD PASCUAL

Aranda de Duero

 Calidad Pascual ha celebrado este viernes en Aranda su primer medio siglo de vida. Bajo el lema ‘Viaje Vital’ la firma, que nació en Aranda en 1969 de la mano de Tomás Pascual Sanz y cuatro de sus hermanos, ha reunido en la Plaza de Toros arandina a más de 1.200 personas que trabajan en el Complejo Industrial de Aranda de Duero, la granja de Fuentespina y las delegaciones comerciales de Valladolid y Aranda, así como una representación de jubilados de la compañía. En el acto han participado todas las generaciones de la Familia Pascual, desde Pilar Gómez-Cuétara, presidenta de la Corporación Empresarial Pascual y esposa del fundador, sus hijos Tomás, Sonia, Pilar y Borja Pascual y miembros de la tercera generación, preparados ya para asumir responsabilidades en la compañía.

Sonia Pascual, consejera delegada de la firma, destacaba en Radio Aranda que Calidad Pascual mantiene la impronta con la que fue fundada por su padre, lo que ha supuesto una de las claves para entender el despegue y proyección de esta empresa. “Los valores de los que hacemos gala y que llevamos dentro son el reflejo de su fundador”, asegura Sonia Pascual, quien describe a su padre como “una persona cercana, íntegra, que se trabajó profundamente a sí mismo, apasionada y visionaria. De ahí su fuerte obsesión por productos de alimentación de calidad y por innovar constantemente.”

La hija de Tomás Pascual Sanz ha recordado con emoción como su padre vivió el valor del esfuerzo y emprendimiento desde que con doce años comenzó vendiendo en la estación los bocadillos que se preparaban en la cantina familiar que regentaba su abuelo Pedro. Desde entonces la progresión del negocio que fundó a finales de los años 60 ha hecho que Calidad Pascual cuente en la actualidad con más de una veintena de centros industriales y empresariales donde trabajan cerca de 2.300 personas. Sus productos se han diversificado en decenas de propuestas alimentarias que llegan a 70 países diferentes. Y todo ello sin olvidar donde nació, manteniendo el compromiso con la capital ribereña. “Sabemos quiénes somos y los valores que nos acompañan” subraya Sonia Pascual, quien indica que para esa firma son importantes detalles como el apoyo a pequeños emprendedores en el inicio de sus negocios, la repoblación del entorno que lleva a cabo anualmente con la plantación de arbolado o su compromiso con la cultura a través de la colaboración con iniciativas locales

El acto ha concluido introduciendo algunos elementos significativos en una cápsula del tiempo que se irá completando con aportaciones de los distintos lugares donde la firma está implantada.

¡Y QUE CUMPLAS MUCHOS MÁS!

 Mesas con azafatas y portátiles. Cientos de personas en las afueras de la Plaza de Toros de Aranda. Sonido retumbando desde dentro, con muchos altavoces sobre un escenario propio de un concierto de nivel. Mesas de diseño; cocineros en un continuo vaivén. Y todo con un mismo denoninador común: cincuenta años de Calidad Pascual.

Momento de una de las representaciones del paso del tiempo / Cadena SER

Un solo día, una sola mañana, basta para entender el por qué de este proyecto continuísta, de crecimiento y con mucho futuro. Porque la producción de la fábrica paró. Porque era un día marcado en el calendario. Porque tanto crecimiento, tanta gente involucrada... no puede estar equivocada. Una familia volcada en la ciudad que los vió crecer, tanto a ellos, como a su proyecto. A sus fábricas. A sus vacas... y a sus trabajadores.

De la puerta sita en medio de la gigante pantalla, por la que desfilaba un talgo con parada en una muy bien recreada Estación de Aranda, 'bajaban' Pilar y Sonia Pascual, consejeras de la empresa, pero tan campechanas como quienes estaban en la grada. Mucha complicidad entre sí, risas y felicidad. Gente de todas las edades (tanto quien acabe de llegar como quien se jubiló tras muchos años de trabajo) no perdía atención a sus palabras cargadas de emoción, correspondidas con ovaciones cerradas.

Posteriormente, arribaban los primeros trabajadores de Pascual. Rememoraban a un Tomás exigente con la calidad, pero muy personal y cercano. Capaz decían, "de recorrer la fábrica con un ministro, apartarse y pararse a saludar a cualquier empleado e incluso preguntarle por sus hijos". Y es que estos primeros trabajadores, que no tenían ordenadores ni tecnología, eran "20 ó 30". "Ahora, son 2000 ó 3000, hay muchos centros y producimos alrededor de un millón de litros de leche al día", añadían.

Después se dio paso al presente... y al futuro, con la tercera generación. Destacando tres puntos; la cercanía, integridad e innovación. Atentos, los asistentes escuchaban a los ponentes, que daban a entender la importancia de la sostenibilidad de una empresa que quiere seguir creciendo junto a la ciudad de Aranda. Y tras otra cerrada ovación, la gente disfrutó de un cóctel que se extendió en demasía, porque la ocasión lo merecía.

Este no era un acto más. Era un cumpleaños muy especial. Porque 50 años no se cumplen todos los días. Calidad de vida. Calidad Pascual. Y que sean muchos más.

 
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