Vuelven los testaferros

León

La Asociación Leonesa de Caridad nos enseña las tripas de una parte de la miseria en la que sobreviven los más desheredados de la ciudad. Esta organización humanitaria, que atiende diariamente a más de un centenar de personas que no poseen ni casa ni comida, viven mal que bien de la generosidad de sus socios, porque las ayudas públicas en manos de las derechas que gobiernan el municipio no están para estos afanes.

Esta primavera, entretenidos en elecciones, han dejado a la fauna de pájaros urbanos que llegan cada primavera sin nidos y sin techo donde guarecerse. Por no saber no saben que hay un tiempo para poda y que las aves –también los hombres- precisamos que los árboles se llenes de hojas en el tiempo del tiempo.

Las elecciones municipales nos han traído un resultado tan disperso que vuelven a florecer los vicios de la peor política. Una cosa es pactar para la buena gobernanza, y muy otra, el trapicheo en el que se mueven bien los testaferros de los intereses ocultos que esperan engordar sus cuentas.

Resucitan como Lázaro García Bayón (busquen, si lo desean, en Google y hemerotecas la trayectoria de este ejemplar de Villaquilambre) para inventarse un pacto de gobierno a cuatro bandas que en lo que menos piensan es enredarse en beneficio del municipio.

El alcalde Antonio Silván sigue erre que erre luchando por no perder el sustento de los próximos años. Como Puigdemon, Silván amenaza con ir sumando recursos de tribunal en tribunal. Llegó hace 20 años a la política apadrinado por Alvarez Cascos y ahora quiere seguir en nómina pública amarrándose a Vox.

Las tres derechas terminan durmiendo en la misma cama: sin memoria, sin inmigrantes, sin pobres, sin árboles, sin violencia de género, sin pájaros y con más Franco en los altares.