Mariano Camio condenado a 4 años y medio de cárcel por el caso Balenciaga
Además, el condenado deberá pagar más de 469.000 euros a la mercantil Berroeta Aldamar y a la Fundación Cristóbal Balenciaga
San Sebastián
Mariano Camio (PNV), exalcalde de Getaria, ha sido condenado a cuatro años y medio de cárcel como autor de un delito continuado de administración desleal y otro de falsificación continuada en documento mercantil en el caso de la construcción del Museo Balenciaga.
El exregigor, juzgado el pasado mes de abril en la Audiencia de Gipuzkoa, ha sido absuelto del delito de malversación y del delito societario en su modalidad de denegar o impedir a un socio el ejercicio de los derechos de información objeto de acusación, según la sentencia a la que ha tenido acceso Radio San Sebastián. Además, se le ha aplicado una atenuante por dilaciones indebidas.
Camio, que se enfrentaba a peticiones de ocho años de cárcel, fue el máximo responsable entre los años 1999 y 2007 del proyecto dedicado al modisto Cristóbal Balenciaga en su localidad natal, presupuestado en 4,8 millones de euros y que acabó costando 30.
El antiguo palacete que mira al mar había pertenecido a la reina Fabiola de Bélgica, que fue presidenta del comité de honor de la Fundación Balenciaga, una entidad público-privada cuyo presidente fundador fue el modisto francés Hubert de Givenchy, pero que gestionó desde el principio Mariano Camio en su cargo de vicepresidente.
A ese puesto se sumó en 2005 el de director-gerente de la sociedad Berroeta-Aldamar, integrada por el Gobierno Vasco, la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Getaria, la cual se hizo cargo de todos los contratos y adjudicaciones comprometidos por la Fundación para la construcción del museo.
El titular del Juzgado de lo Penal número dos de San Sebastián señala que Camio tenía "amplias facultades para la administración, gestión y disposición de fondos" de ambas entidades, pero que, "a la vista de los hechos, ha quedado acreditado que fue más allá de una gestión defectuosa o una mala gestión".
Ha quedado probado que el acusado "obró a espaldas de la Fundación y de Berroeta Aldamar", que lo hizo "de forma fraudulenta beneficiando a terceros" y que su actuación "causó un grave perjuicio o un daño económico" tanto a la sociedad pública como a la Fundación.
El juez precisa que, del examen de las operaciones efectuadas por el procesado, se distinguen la existencia de "dobles contrataciones", "contrataciones de profesionales o de empresas por servicios o trabajos que no se llevaron a cabo" y "disposiciones de fondos y pagos injustificados y contrarios a los fines y a las decisiones de los órganos rectores".
El principal beneficiario de su manera de proceder fue el arquitecto cubano Julián Argilagos, sin título homologado en España, con el que el fiscal le atribuyó una "intensa relación sentimental" y que no ha podido ser juzgado por estar en paradero desconocido desde hace una década.
En 2001, Camio suscribió en nombre de la Fundación un contrato con la empresa de Argilagos, Hemen Art, por el que ésta se comprometía a elaborar un proyecto de interiorismo que nunca llegó a realizar y por el que cobró 129.380 euros, que luego el exalcalde de Getaria justificó con una factura falsa -no fue la única-.
En ese contrato además se estableció una cláusula no habitual, según la cual en caso de incrementarse el PEM (presupuesto de ejecución material) también aumentarían los honorarios por el diseño del proyecto, del que además tuvieron que encargarse otras empresas por no estar reconocido su título en España, lo que dio lugar a las duplicidades de contrato.
Todos esas cantidades defraudadas las debe restituir ahora Camio en solitario al no poderlo hacer junto a Argilagos por encontrarse en rebeldía. A la mercantil Berroeta Aldamar tendrá que abonar 426.093 euros y 43.687 a la Fundación Cristóbal Balenciaga.
En esas cifras están incluidos también 11.673 euros de gastos que el acusado cargó a las tarjetas de crédito de la Fundación Balenciaga por las reparaciones de su vehículo, por combustible y por viajes particulares, incluidos algunos a Miami, donde Argilagos estableció su residencia posteriormente y desde donde Camio le permitía dirigir las obras sin el conocimiento de las entidades gestoras.
Esta situación llevó a contratar como sustituto al arquitecto Rolando Paciel, que tampoco tenía reconocido su título en España, y que ha sido juzgado en este procedimiento por un delito de intrusismo del que ha sido absuelto.
Asimismo, se suman 9.820 euros de gastos por el traslado a Miami de diversos trajes y piezas de Balenciaga para participar en una feria de arte en diciembre de 2006 en contra de la opinión de los trabajadores del museo y sin autorización de la Fundación. Estos vestidos sufrieron daños, algunos irreversibles, que han sido valorados en 31.111 euros, que también deberá abonar el procesado.
Sin embargo, en este caso se le absuelve del delito de malversación al considerar que no ha quedado acreditado que esas piezas fueran del patrimonio público, ya que parte de la colección procede de cesiones, préstamos y donaciones privadas.
También se acuerda la absolución de Camio por el delito societario en su modalidad de denegar o impedir a un socio el ejercicio de los derechos de información, ya que no se han podido concluir que éste "hubiera obstaculizado o impedido el ejercicio del derecho de información".