"Llevo desde el primer día viendo fallecer a mis antiguos compañeros"
José Soto, uno de los 15 supervivientes que trabajaron en la Fábrica de Uranio de Andújar, reclama en 'Hoy por Hoy Jaén' justicia para el colectivo de trabajadores
José Soto, extrabajador Fábrica Uranio de Andújar: "Llevo desde el primer día viendo fallecer a mis antiguos compañeros"
10:04
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1560942591_994903/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Jaén
Hay cifras que hablan por sí solas. Números que a veces expresan evidencias y hacen que florezcan los sentimientos mucho mejor que las palabras. Pasa, por ejemplo, con los únicos 15 extrabajadores de la extinta Fábrica de Uranio de Andújar que aún siguen con vida del total de los 126 empleados que en su día conformaron la plantilla. El resto, 111, han fallecido por distintos tipos de cáncer. Por eso, en este caso y como advertíamos, sobran las palabras.
00:00
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1560941718_135832/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
38 años después de su cierre, extrabajadores y familias piden justicia, ahora respaldados y espoleados por una Proposición No de Ley que presentaba el grupo Adelante Andalucía a mediados de junio y que se aprobaba en el Parlamento de Andalucía por unanimidad. "Tenemos una poca más de confianza. Llevamos 29 años luchando por esto y a ver si lo vemos los que aún quedamos vivos", señala José Soto, uno de los 15 extrabajadores que quedan vivos y que este miércoles, en 'Hoy por Hoy Jaén', ha expuesto cómo lo lleva viviendo con el miedo. "Puede ser que cualquier día me toque a mí. Si llevo desde el primer día viendo fallecer a casi todos los 126 compañeros, en los que se incluye la gente de dirección, como comprenderéis los 15 que quedamos estamos pensando en cuándo nos va a tocar a alguno de nosotros", lamenta Soto.
Desde Andújar, Soto recuerda que prácticamente todos los extrabajadores que quedan vivos tienen un problema de salud, aunque, puntualiza "no me gusta decir lo que tengo". Mientras, añade que solo le gustaría que se le reconociera la enfermedad profesional a todos, a los vivos y a los que han fallecido a través de sus viudas. Además, entre los argumentos para esta solicitud, Soto insiste en que piden una compensación económica principalmente "por el tiempo y los daños", por el engaño al que estuvieron sometidos, "porque estuvimos trabajando en uranio sin saber lo que estábamos tocando, en la primera fábrica de España y la primera vez que se sacó Uranio en este país", ha asegurado.
Día a día
A pesar de haber pasado más de medio siglo, José Soto recuerda el día a día en la fábrica de Uranio de Andújar: "Medidas de seguridad no teníamos ninguna. Cuando entrábamos te hacían firmar un documento como que no podías decir ni divulgar nada de lo que vieses allí y firmabas pero ni te dejaban leerlo, así que firmabas y no sabías los que firmabas", cuenta, recordando que él empezó a trabajar en el año 59, en plena Dictadura Franquista. De hecho, Soto recuerda el día que Franco visitó Andújar para inaugurar esta industria.
"Las tierras venían de Cardeña, en Córdoba, y del cerro del Cabezo. El proceso era extraer el uranio de esas tierras, que se sacaban al 85 o al 90% de su riqueza, casi era uranio puro. Teníamos guantes cuando tocabas ácidos sulfúrico, nítrico, sosa caústica, amoniaco, cosas radiactivas con las que necesitabas guantes, pero eran guantes de goma normal y corrientes, y si había polvo te ponías una mascarilla de papel de estas que por un euro te daban dos o tres. Solamente nos equipaban cuando venía una visita importante y solamente lo que duraba la misma", ha detallado Soto describiendo el trabajo en la fábrica.
Peligro en la zona
En la conversación en 'Hoy por Hoy Jaén', Jose Soto nos ha contado la situación actual en la zona y ha alertado, incluso, de que puede ser peligroso para la salud. "La fábrica se derribó, edificios y maquinaria, se troceó y todo quedó debajo de los diques, que al no tener hormigón y rebajarse, está enterrado en las primeras tierras que se echaron, que eran de algodón, o sea tierra vegetal. Tenía que estar de otra forma, con capas de hormigón y no descubierto, completamente cerrado", apunta el extrabajador.
Soto advierte que ya en el año 2014 hicieron pruebas y los resultados estaba dando cuatro veces por lo alto de lo que daba la zona donde cayó la bomba de Palomares, "lo que pasa que no se por qué no quieren decirlo", indica sin darse por vencido en su lucha por la justicia.
Virgilio Moreno Valenzuela
Licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga. Es redactor y locutor en Radio Jaén desde el...