L'Hort d'En Cendra, los últimos cultivos intramuros
La semana pasada se abrió por fin el tapón urbanístico de la calle de l'Hort d'En Cendra, situada sobre lo que fueron los últimos huertos intramuros de la ciudad
Callejeando (19/06/2019) - L’Hort d’En Cendra
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Valencia
Cuando la toponimia urbana clásica, histórica y, por qué no decirlo, vulgar, es respetada y permanece intacta en nuestras calles, el valor de la información que transmite es incalculable. Y si además estos topónimos se concentran en la misma zona, resulta muy fácil entrelazarlos hasta conseguir un relato fehaciente de su evolución urbana.
Es el caso, por ejemplo, del sector occidental del barrio del Carmen, entre la calle Alta y la de la Beneficencia. Allí todavía podemos encontrar topónimos como la calle de los huertos, la calle de los jardines o la calle del pozo, denominaciones que no dejan lugar a dudas de lo que fue anteriormente esta parte del casco antiguo de la ciudad, una gran extensión de huertas y jardines que abarcaban gran parte del sector noroccidental de la Valencia intramuros, como bien atestigua la cartografía histórica de la ciudad. Primero en los límites de la morería y posteriormente rodeados de la mancebía, el famoso burdel de Valencia, estos huertos y jardines interurbanos perduraron hasta bien entrado el siglo XIX, cuando se urbanizó y se abrieron las calles de Marqués de Caro y Dr. Chiarri.
De aquellos huertos de los que todavía nos hablan las calles que allí se rotularon, el más famoso fue el conocido como Hort d’En Sendra, propiedad de la familia homónima, cuya popularidad hizo que no solo su huerto, sino también la calle donde tenían su casa solariega, fuese denominada por su linaje: En Sendra.
Posteriormente, en el siglo XVII, estos huertos fueron adquiridos por el gremio de Sogueros para ejercer allí su profesión, ya que necesitaban amplios terrenos para poder alargar y trenzar sus sogas. Sin embargo, a finales del siglo XIX, la presión urbanística hizo que los sogueros abandonaran el centro de la ciudad y los terrenos fueran adquiridos por conocidos representantes de la nobleza y la burguesía local como el Marqués de Caro, el Conde de Ripalda o el propio doctor Pedro Chiarri.
Fue entonces cuando la conocida como calle de l’Hort d’En Sendra fue rebautizada como calle de Ripalda, en honor al conde propietario de los terrenos, y la perpendicular, donde todavía se encontraba el obrador del gremio de Sogueros, calle Sogueros. A su vez, las nuevas calles abiertas en lo que fue el huerto, fueron denominadas por los propios vecinos con los nombres de los hacendados que las habían urbanizado: calle del Marqués de Caro y calle del doctor Chiarri.
Pero la rocambolesca historia toponímica del barrio no acaba aquí. Ya en este siglo XXI se volvió a recuperar el nombre de l’Hort d’En Sendra para denominar un pequeño callejón sin salida, continuación de doctor Chiarri. Callejón que estas últimas semanas ha sido noticia porque por fin se ha abierto, comunicando con la calle Beneficencia y el nuevo jardín de las esculturas en la trasera del IVAM.