Sobre el 'pacto de las flores'

Cadena SER

Santa Cruz de Tenerife
La idea de bautizar el pacto de la izquierda y Curbelo como ‘pacto de las flores’ fue de Patricia Hernández, lírica y feliz desde que se hizo con la alcaldía gracias a los votos prestados de Zambudio y Lazcano. No es mal nombre –apenas un poco cursi- para un pacto que va a necesitar de bastante abono y riego –sobre todo en La Gomera-, pero tiene su recorrido.
Entre rosas y crisantemos, gladiolos, violetas, amapolas y algún mastuerzo menor muy crecido, la presentación del acuerdo dio para un programa basado en tres principios –justicia social, economía, solidaria y desarrollo sostenible- y ocho ejes básicos: la lucha contra la pobreza y la exclusión social, el fortalecimiento del estado del bienestar y la mejora de los servicios públicos esenciales, la igualdad de género, la creación de empleo y el crecimiento económico, frenar el cambio climático, regenerar la política y modernizar las administraciones públicas, una fiscalidad más justa, suficiente para afrontar la mejora de los servicios públicos, y una agenda Canarias-Estado que incorpora la defensa del Estatuto y el REF como fueros.
Resulta que los principios no siempre tienen mucho que ver con los finales, y los ejes son suscribibles por cualquiera de los partidos de Canarias. Por eso mejor fijarse en las medidas más emblemáticas: las dos primeras son crear una ecotasa (si es una tasa turística dirigida a sostener una política ambiental, iba siendo hora) y la implantación en un año de esa renta básica ciudadana reclamadas por Podemos. Si va en serio, si de lo que se habla es de una prestación básica universal para hacer frente a la inequidad en la distribución de la riqueza y a la creciente desaparición del trabajo, si esto no se convierte en otra declaración a beneficio de inventario, bienvenida sea la propuesta.
Hay pocas políticas que definan mejor una real voluntad de cambio –más allá del “quítate tú para dejarme sitio a mí”- que las que se enfrentan a la desigualdad y el mal reparto de la riqueza. El gobierno de Torres se compromete a acometer un experimento social que proporcionará a cuatro de cada diez canarios un ingreso mínimo garantizado. Eso es mucho más osado que cualquier juego floral a los que estamos acostumbrados. Habrá que ver en qué queda la cosa. Y lo sabremos en un año.




