Nuestra propia Gioconda
En el segundo centenario del Museo del Prado queremos llamar la atención sobre la presencia de la conocida como Gioconda del Prado, copia de la obra de Leonardo, realizada en su taller en la misma época en la que se pintaba la del Louvre (1503-1519) y que muy pocos conocen
Nuestra propia Gioconda
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Madrid
Las dudas sobre la identificación de la enigmática mujer que retrató Leonardo siguen llenando vueltas y llenando páginas. Pocos saben que la obra de Leonardo cuenta con varias copias y de todas ellas, la más antigua y la que nadie duda de que viene de su propio taller, con todo lo que ello implica, está en el Museo del Prado, sí, en Madrid.
En su momento se creyó que era la obra de un pintor español realizada en el siglo XVI. La primera vez que la vi, hace más de 20 años, en la sala LVI b del Prado, me llamó la atención su ejecución pero sobre todo el fondo negro que tenía. Salta a la vista la ausencia del paisaje, si bien es cierto que el propio retrato de la mujer es prácticamente idéntico a excepción del color de las mangas del vestido que en el cuadro del Prado son rojas y en el original de París, de color claro.
Radiografías y sorpresa
Parecía evidente y así lo entendieron los conservadores y restauradores de la pinacoteca madrileña. Ahí había gato encerrado. Después de los estudios pertinentes se realizó muna limpieza exhaustiva de la tabla y salió a la luz un cuadro extraordinario. Se descubrió un paisaje increíble, muy similar al de la Gioconda de París, hecho con vivos colores. Sorpresa tras sorpresa, nuestra Gioconda acabó por confirmar la ejecución de un artista muy cercano a Leonardo quien debió de trabajar con él mismo a principios del siglo XVI, es decir los mismos años en los que el maestro hacía su propia Mona Lisa. Esto justificaba la creencia en la casa real desde el siglo XVII de que este cuadro que estaba originalmente en el Alcázar de los Austrias, hoy desaparecido, era precisamente obra de Leonardo.
Curiosamente, la copia del Prado sí tiene cejas y pestañas tal y como describía Giorgio Vasari cuando tuvo oportunidad de ver la obra original a mediados del siglo XVI. No lo creo pero ¿y si el que tenemos nosotros es finalmente el original?