La "magalufización" de Son Espanyolet
La reconversión de Son Espanyolet en Magaluf tiene culpables vikingos muy concretos, pero las autoridades miran a otra parte, que suele ser la parte donde se encuentra el dinero
"La línea roja" de Matías Vallés (25/06/19)
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Palma
Magaluf, en la concepción denigrante que copa esta palabra en Google, es una maldición de la que no nos libraremos nunca.
Sin embargo, podríamos luchar al menos para que no se expanda.
Los síntomas no son alentadores.
La revetla de San Juan dejó un reguero de basura, hogueras prohibidas y horarios intempestivos, pero siempre puede hablarse de una singularidad.
Más grave resulta que barriadas sin contaminación turística previa como la palmesana de Son Espanyolet se hayan convertido en sucursales de Magaluf.
Por si Magaluf no fuera suficiente, ha llegado la Magalufización.
También nos costó aprender a decir Balearización, pero la realidad destructiva se impuso a la dificultad de pronunciación.
La reconversión de Son Espanyolet en Magaluf tiene culpables vikingos muy concretos, pero las autoridades miran a otra parte, que suele ser la parte donde se encuentra el dinero.
Los vecinos damnificados por la Magalufización se quejan de que la policía no atiende a sus quejas de vandalismo y fiestas desatadas de madrugada.
Suerte porque, si la Policía respondiera a Son Espanyolet, podrían quejarse de favoritismo las decenas de barrios adonde jamás acude.
Y el alcalde José Hila lo sabe.
