El débil ha de ganar un pacto
La política no pretende hoy ilusionar, sino minimizar la desilusión, y así llegamos al cuarto Pacto de Progreso

"La línea roja" de Matías Vallés (26/06/19)
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Palma
Si me dijera usted que se siente ilusionada por el panorama político, me preocuparía por su estado.
La ilusión se perdió en los años setenta, cuando el maestro Aranguren se inventó el desencanto, una vez “desvanecido el antiguo entusiasmo”.
La política no pretende hoy ilusionar, sino minimizar la desilusión, y así llegamos al cuarto Pacto de Progreso.
La presencia hegemónica del PSOE, que hoy se sustentará en el discurso de investidura de Francina Armengol, plantea un Govern monocolor con adherencias irrelevantes desde el punto de vista presupuestario.
En este ejecutivo desequilibrado, Més y Podemos jugarán un papel simbólico.
Es un error, porque el débil ha de ganar en un Pacto.
Sin unos socios minoritarios en una posición de fortaleza, aumentan los problemas para el poderoso y sobre todo se paraliza la acción de gobierno.
Por suerte, en el Faro de Formentor de Mara Torres, se me acercó un mallorquín auténtico para iluminarme o casi ilusionarme con una pregunta irrefutable:
---¿Pero sabemos que los otros harían todavía menos?, dijo
---Lo sabemos, compañero.




