Un matrimonio sin amor

Valladolid

A falta de que el BOE lo refleje, y que el viernes se celebre la toma de posesión, Alfonso Fernández Mañueco, es el nuevo presidente de la Junta de Castilla y León. Para él, y para quienes han hecho posible su elección, ha llegado la hora de la verdad. Finalizado el largo periodo de cortejo entre PP y Cs, terminado en boda "sin amor" como dijo ayer Igea, no hay tiempo que perder. Son muchas las necesidades pendientes de solución que no admiten más demora.

El inédito modelo de gobierno que regirá los destinos de la comunidad tendrá que demostrar su capacidad para, tal y como se ha prometido, reducir las lista de espera quirúrgica y de pruebas diagnósticas o plantar cara de manera efectiva a la sangría poblacional cuyos zarpazos no dejan de amenazar el futuro de Castilla y León desde hace demasiado tiempo. Son sólo dos ejemplos de lo mucho que está por hacer.

Los ahora máximos responsables de la Junta han asegurado poder resolver nuestros problemas y tienen a su disposición los recursos de la administración autonómica. El matrimonio sin amor comienza su andadura.