'La extinción de la tercera vía'
Sorprende este cerrojazo de la FAPE cuando la propia federación ha puesto el grito en el cielo al conocer las destituciones de periodistas profesores de Lengua Castellana y Literatura
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Tarifa
Con la venia Juanma
Hace unos días y al hilo de la intención tanto de las asociaciones de la prensa como de los colegios de los periodistas profesionales de cerrar la llamada "tercera vía", es decir, entrar al periodismo sin tener la titulación académica licenciado en Ciencias de la Comunicación o Comunicación social, se ha suscitado, o más bien avivado (siempre ha existido) el debate entre compañeros del gremio.
El debate sobre el 'intrusismo profesional' se ha servido en bandeja y ahí se ha querido meter en el mismo saco a quienes sin ninguna trayectoria o aval profesional trabajaron o trabajan en lo que ellos denominan información, han montado o montan una web arbitraria sin rigor ni credibilidad con objetivos políticos de por medio, recibiendo subvenciones - he dicho bien subvenciones del partido de turno- que a aquellos que sin tener la licenciatura llevamos más de media vida dedicándonos exclusivamente al periodismo, y quienes con peor o mejor fortuna hemos desempeñado el honroso trabajo de informar.
Hay quienes no elegimos el periodismo como trabajo, sino que más bien el periodismo nos eligió a nosotros. Estudiamos en diferentes campos y carreras, no sin esfuerzo y tesón. Pero sin saber muy bien por qué, acabamos siendo 'juntaletras'. Así de la captura instantáneas del pentaprisma (en mi caso), pasamos a plasmar nuestra mirada con palabras. Ya digo que algunos con peor o mejor fortuna, pero basados la mayoría en las premisas y el código deontológico de esta profesión que muchos licenciados parecieron arrancar del libro de texto.
Cuando veo a compañeros licenciados cuestionando la profesionalidad de quienes no somos licenciados me embarga cierta tristeza, y me acuerdo de la cantidad de periodistas de raza que no fueron nunca licenciados o quienes no optaron por la carrera de Periodismo y son el baluarte y la punta de lanza de la información especializada en las ciencias, la información económica, la política internacional, o simplemente han demostrado a lo largo de su trabajada trayectoria profesional conocer al dedillo el pulso de la información local.
Luego está que sorprende este cerrojazo de la FAPE cuando la propia federación ha puesto el grito en el cielo al conocer que son destituidos periodistas que ejercen de profesoras de Lengua Castellana y Literatura. Como apunta Rosario G. Gómez: "Utilizar una doble vara de medir en función de determinados intereses (incluso si son gremiales) no es justo ni cabal ni coherente". En determinadas carreras, la vía de acceso al mercado laboral requiere superar una oposición, estar colegiado o aprobar un examen MIR. No es este el caso del periodismo, un oficio para cuyo desempeño no es siquiera imprescindible haber pasado por las facultades de Ciencias de la Información o de Comunicación Social, como tampoco es preciso que el ministro de Sanidad sea médico o el de Fomento ingeniero de Caminos, Canales y Puertos si no se quiere caer en una vulgar tecnocracia".
Por ello, ruego a los compañeros y a quienes desarrollamos nuestro trabajo de la forma más digna, que no caigan en cuestionar quién es profesional o no, según su título universitario, sino su trayectoria profesional, personal y su honestidad informativa. Y entendamos el intrusismo como aquella forma de "desinformar" por encima de posesiones de títulos. Porque no puede ser periodista cuya primera premisa sea confundir en lugar de informar, por mucho título que tenga. Como dijo Ryszard Kapuscinski "Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas". Y esto amigos... ni se aprende en las facultades, ni lo da ninguna titulación académica.