Granada estudia nuevas restricciones de tráfico para rebajar la alta contaminación

Granada

El Ayuntamiento de Granada anuncia la revisión del Plan Municipal de Mejora de la Calidad del Aire ante la persistencia de los datos que indican que la aglomeración urbana de Granada es una de las ciudades españolas con peor calidad del aire, junto a Madrid y Barcelona. No se descartan más restricciones de tráfico, incluso en los barrios.

El equipo de gobierno planteará en una próxima reunión del Observatorio de la Movilidad aumentar las restricciones de acceso del vehículo privado al centro de la ciudad. Esas restricciones podrían llegar, incluso, a otros distritos que como Beiro están presentando también problemas de congestión que empeoran la calidad del aire respirado.

Por lo pronto la concejala de Medio Ambiente, Pepa Rubia, ha confirmado este miércoles que está manteniendo contactos con el resto de áreas municipales para coordinar acciones a corto plazo que mejoren un problema endémico no solo de la ciudad sino de toda la comarca.

El plan municipal contra la contaminación provocada por el tráfico rodado no se ha aplicado hasta ahora en la ciudad aunque, por ejemplo, ayer mismo se encargaban nuevos medidores de contaminación en distintos puntos de la ciudad. Hace tres meses, el anterior gobierno decretó la limitación de la velocidad a 30 en todo el casco urbano, pero la medida no se lleva a cabo en la práctica.

Además, el director municipal de Medio Ambiente, Francisco Muñoz, ha reconocido que la aplicación del plan está coja porque quien genera la mitad del tráfico, el resto de municipios del Área Metropolitana, no han adoptado medida alguna que minimice el impacto del uso y el abuso del vehículo privado.

Por lo pronto, Granada sigue soportando, y ahora en verano más, niveles de contaminación del aire alarmantes y nadie le pone solución. A los contaminantes generados por el tráfico se le une el polvo sahariano en suspensión.

Para paliarlo se están baldeando las calles con más intensidad para aplacar en lo posible lo que las condiciones naturales nos imponen. Pero poco más se puede hacer sin tomar decisiones drásticas que frenen una realidad tozuda que hoy llega a Europa. El Gobierno de España traslada a las instituciones comunitarias que, efectivamente, Madrid, Barcelona y Granada son las ciudades con la peor calidad del aire. En el verano, la culpa es del polvo en suspensión y el anticiclón constante. En el inviernos, las calefacciones. Durante los 12 meses del año, el tráfico insoportable.