Noé Serrano, el escultor anatómico

Córdoba

Cuando al escultor Noé Serrano le piden que explique su obra directamente muestra una fotografía. En una primera mirada uno puede usar algunos adjetivos para conformar una idea al respecto de la misma: realismo, anatomía, monstruos, cine.

De niño, jugaba a moldear plastilina y ahora sigue haciéndolo, pero no solo como entretenimiento sino como oficio. “Una plastilina profesional que se ha desarrollado en el mundo del cine” y que le sirve para generar la obra escultórica que luego remata con una resina que el mismo fabrica.

Ampliar

En Hoy por Hoy Córdoba ha recordado a quienes le apoyaron en ese primer momento en el que el artista aflora del niño. Estudió en la facultad de Bellas Artes en Sevilla, donde se formó en la técnica y donde eligió su disciplina artística: la escultura.

Ampliar

Estudió ciencias puras. En la barriada de Santa Cruz, en la campiña, encontró los primeros animales con los que trabajó. Ahora, su taller es una especie de animalario, con todo tipo de bichos a la espera de su turno conservados en botes de formol. La anatomía está muy presente en su obra y “la ciencia tiene una gran importancia en mi proceso creativo”.

Ampliar

Hasta el punto de que en Bellas Artes le dieron la oportunidad de asistir a clases prácticas de anatomía humana en la facultad de Medicina y aceptó el reto. Ahora, disecciona fragmentos de animales, sus capas de músculos, tejidos para conocer bien qué hay bajo la piel. Sus piezas replican a esos animales, “con una información científica muy determinada”. “Al final es jugar un poco a ser Dios”, concluye.

El cine, el comic y la literatura están muy presentes en su obra. “Todo ha ido sumando para llevarme a donde he acabado, también el ser de pueblo, el poder entrar en las iglesias y esconderte detrás de los santos”.

Colaboró en elaboración de la cabeza del monstruo de la película “Un monstruo viene a verme” de Juan Antonio Bayona. “Estaba buscando una adaptación de cómo seguir haciendo mi trabajo, quería probar en otros sectores”. Llamó a la puerta de DDT, la empresa de efectos especiales por excelencia en España, y le abrieron inmediatamente. En la entrevista, Serrano, relata cómo fue esa “experiencia impresionante”.

Asegura que va a disfrutar del camino, sin objetivos.