Nace el primer lince del Pirineo catalán en 100 años
El cachorro, que ahora tiene dos meses, ha sido descubierto por los cuidadores del centro de fauna Món Natura Pirineus
Lleida
Hace unas semanas, los cuidadores del centro de recuperación de Fauna del Pallars Sobirà, Món Natura Pirineus, encontraron por sorpresa la primera cría de lince boreal que ha nacido en el Pirineo en 100 años. Lo descubrieron detrás de un tronco al que la madre se acercaba mucho.
Ahora, pesa menos de un kilo y observa a los primeros visitantes a través de unos ojos grandes y azules. El animal no podrá ser liberado porque, como algunas especies del recinto, está demasiado acostumbrado a los humanos.
Según el director de Territorio y Medio Ambiente de la Fundación Catalunya La Pedrera, Miquel Rafa, este nuevo lince autóctono "será el embajador de la especie" y servirá "para reforzar la tarea de educación ambiental del centro".
El animal, aseguran desde el centro, ha nacido de forma totalmente natural en un bosque donde organizan visitas. Los padres son dos linces gallegos, que nacieron en el 2008 en un zoológico de Lugo y tres meses después fueron trasladados a este espacio natural de Son, en Lleida.
Pensaban que la madre tenía problemas de fertilidad
Después de once años sin dar a luz a ninguna cría, los técnicos pensaban que la hembra tenía problemas de infertilidad. Aseguran, además, que sin hacer controles de orina es complicado notarle la barriga. Sin ningún tipo de expectativa, ahora han celebrado el nacimiento como una "verdadera sorpresa".
La cría de momento no tiene nombre. Los alumnos de las escuelas de la comarca serán los encargados de encontrar uno a través de una campaña que empezará con el inicio del curso escolar.
El equilibrio del ecosistema
Món Natura Pirineus quiere usar este nacimiento para recordar la importancia de los linces al equilibrio del ecosistema. "Estos depredadores son importantes para evitar la proliferación de herbívoros, que actualmente afecta a las montañas catalanas", explica Miquel Rafa, que añade que "el Pirineo es muy bonito pero está desequilibrado".
En el Valle de Arán, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, con la colaboración del Consejo General de Arán, quería liberar tres ejemplares en 2016. Finalmente se desistió por el miedo de los ganaderos a los ataques.