Sociedad

Sonorama Ribera también clama por las necesidades de Aranda

Nacho Cano despidió su concierto apoyando la petición de nuevo hospital y autovía, reivindicaciones que junto al tren Directo y la lucha contra la despoblación han impregnado los escenarios en esta edición

Los murales de Nano Lázaro en el escenario principal de Sonorama Ribera 2019 reivindican la lucha contra la despoblación / Cadena SER

Aranda de Duero

No es la primera vez que Sonorama Ribera sirve de escaparate para la reivindicación de algunas de las carencias cuyo remedio exige la población arandina. Pero probablemente esta haya sido la edición del puño sobre la mesa: sanidad, infrestructuras y despoblación han sido cabeza de cartel en escenarios, puntos de acceso, y hasta en la voz de los artistas, algunos de los cuales han aprovechado el micrófono para ponerse al lado de las necesidades del pueblo que los acoge.

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La más potente fue la voz de Nacho Cano, quien, en la despedida de su más que multitudinario concierto de vuelta a los escenarios, expresó su confianza en que “a Aranda le den su hospital y su carretera (en referencia a la A-11) porque ha hecho de la música lo más grande para atraer a la gente. Y por eso estoy aquí”. Unas palabras aprobadas por el público con una calurosa ovación, que recogían el guante de las pronunciadas en presencia del fundador de Mecano por la alcaldesa de Aranda durante la rueda de prensa de presentación.

Público de casa, pero también el que llega de fuera y que desde el primer momento ha podido conocer las necesidades sin atender de esta tierra: la reivindicación de las infraestructuras han acompañado a los festivaleros cada vez que han entrado o salido del nuevo recinto, gracias a los carteles colgados en las vallas que rodeaban su perímetro, donde se podía leer “A-11 ¡Autovía ya!” o “Aranda necesita tren Directo”, en este último caso con la invitación a firmar en la plataforma change.org la petición a las administraciones responsables.

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Las llamadas de atención sobre las necesidades de la comarca también se han subido a los escenarios. De hecho, en algún caso, han sido el escenario en sí: las actuaciones de los cabeza de cartel del festival y de todos los grupos y artistas que han pasado por los dos escenarios principales han estado enmarcadas por la alerta contra la despoblación y el homenaje a quienes son la resistencia en esta lucha, gracias a los espléndidos murales de Nano Lázaro, uno de los atractivos del nuevo recinto de El Picón.

Pero la Plaza del Trigo también ha servido en esta ocasión para recordar a quienes han disfrutado de su mítico escenario que la vida cotidiana del lugar que los acoge necesita apoyo en sus reivindicaciones: uno de los balcones situado en un frontal del escenario, el que conduce a la calle Béjar, lucía una pancarta a favor de la sanidad pública, mientras que el edificio de los sindicatos, en la confluencia de la calle Isilla con la plaza del Trigo otra pancarta alertaba de las necesarias infraestructuras de las que carece la comarca.

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Y el esfuerzo no ha caído en saco roto. Las redes sociales son testigo de que el mensaje ha calado, al menos entre el público, con tuits de apoyo a un tren que acerque a los sonorámicos desde el sur y la capital de España hasta Aranda y con otros de mensajes empáticos con la población que los acoge estos días, haciendo referencia al hospital y las infraestructuras. Numerosas también las referencias en redes sociales a la lucha contra la despoblación y el ejemplo de Sonorama como un festival que ayuda a poner en el mapa lugares fuera de la órbita de las grandes capitales o de la costa turística y que necesitan atención para tener futuro.

Queda por comprobar si el poder de música traspasa los escenarios y es capaz de llegar a los despachos.

 
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