Los males del Oviedo se repiten

Oviedo

Era un Oviedo a medio hacer, y así se vio sobre el terreno de juego. La ausencia de varios futbolistas que se espera que sean importantes durante la temporada, pasó factura a pesar de que el conjunto carbayón logró remontar un resultado que parecía imposible gracias a los tantos de Lolo y Obeng. Tropiezo de los hombres de Sergio Egea que tuvieron unos buenos treinta minutos en la segunda parte cuando peor pintaba el partido. El técnico argentino, que salió de inicio con el once esperado, apostó por un 4-1-4-1 como sistema con Edu Cortina como único pivote y Tejera y Lolo por detrás de Ortuño.

La primera mitad fue más de dominio local. El conjunto gallego estuvo mucho más intenso y, a pesar de no ser muy superior con balón, tuvo más presencia en el campo y siempre dio la sensación de controlar sin problemas las virtudes del cuadro ovetense. Lo peor sin duda fue ver los mismos problemas de la temporada pasada como una mala salida de balón, errores de bulto que cuestan goles y falta de creatividad en ataque.

Koné, que fue una auténtica pesadilla para la defensa visitante, avisó primero con un disparo alto tras robarle la cartera a Carlos Hernández. Pero a la segunda no perdonó. Disparo lejano de Borja Valle que rechaza Alfonso Herrero hacia el centro y la deja muerta para que el delantero marfileño anote a placer. El línea anuló el tanto en primera instancia por fuera de juego, pero el VAR decretó que no había infracción alguna y el gol subió al marcador.

La única ocasión del Oviedo en el primer tiempo fue en el minuto 24 cuando Mossa enganchó un balón suelto desde la frontal del área y su tiro se marchó cerca del palo tras golpear en un defensa blanquiazul.

El segundo tiempo empezó con una de las mejores jugadas del cuadro de Sergio Egea durante los 90 minutos. Saúl Berjón se internó en el área por el costado izquierdo, levantó la cabeza, cedió el balón atrás a Ortuño, quien encontró en Dani Giménez una respuesta de puros reflejos. La jugada siguió y la pelota llegó a Sangalli, pero su tímido lanzamiento fue desviado por un defensa a córner.

Pocos minutos después llegaría un nuevo mazazo para los 2.000 oviedistas presentes en Riazor. Aketxte encontró una autopista por la zona central, avanzó unos metros sin que nadie le saliese al paso y con un zurdazo sorprendió a un Alfonso que en esta ocasión no pudo hacer nada.

Eran minutos delicados para el Oviedo porque ese segundo gol encajado le dejó bastante tocado y tuvo unos instantes de verdadero desconcierto. Egea, en la búsqueda de activar de nuevo a los suyos, dio entrada a Samuel Obeng por Edu Cortina para pasar a jugar con dos delanteros. El cambio tuvo el efecto esperado y el equipo parecía otro.

Lolo, con cierta dosis de fortuna, recortó diferencias con un taconazo tras una falta botada por Saúl Berjón. Era el golpe anímico que necesitaba el equipo y acto seguido a punto estuvo de empatar Berjón con un derechazo que pegó en el larguero. Seis minutos después Samuel Obeng sería el encargado de poner las tablas en el marcador rematando de cabeza un centro medido de Sangalli. Eran los mejores momentos del Oviedo, incluso Sangalli tuvo en sus botas el tercero pero la jugada de estrategia terminó con un disparo cruzado del extremo.

Cuando todo parecía que el empate iba a ser el resultado final, Cristian Santos hizo un control espectacular, dejó sentado a Carlos Hernández y resolvió de primeras realizando así una excelente maniobra. Jarro de agua fría para el conjunto de Egea que no fue capaz de reaccionar tras ese tanto a falta de dos minutos para la conclusión del encuentro.

Mal comienzo de temporada para un Oviedo que desde que regresó a Segunda División todavía no conoce la victoria en la primera jornada liguera ni tampoco sabe lo que es ganar a un equipo de Anquela. El próximo partido, que será el estreno en el Carlos Tartiere, los azules se enfrentarán al Lugo (sábado, 18:00 horas).