El PSOE-CA vive un momento de 'Pax Romana', dice Román

Cádiz

Si atendemos a la acepción histórica de la expresión, ‘Pax Romana’ es el término que, en latín, identifica el largo periodo de estabilidad y crecimiento económico experimentado por el Imperio Romano tras la cuarta guerra civil y ese, ‘Pax Romana’, ha sido el término empleado, en declaraciones a Radio Cádiz, por el pedrista José María Román para definir el actual estado de su partido en la provincia.

Tras los convulsos pasados años en los que las dos grandes familias socialistas, susanistas y pedristas, han mantenido un alto grado de tensión interna (y en ocasiones externa) por el control del partido, las fuerzas han alcanzado aparentemente un equilibrio capaz de bajar las pulsaciones al PSOE de Cádiz.

Los afines a Pedro Sánchez lograron colocar a sus candidatos en puestos de salida al elaborar las listas gaditanas en las pasadas elecciones generales. Más tarde, el pedrismo ocupó plazas significativas en el reparto de los cargos surgidos de los comicios. El mismo José María Román, alcalde de Chiclana, ocupa ahora el cargo de vicepresidente primero de la Diputación que preside la susanista Irene García.

Ahora, superado el calendario electoral, los socialistas encajan sus nuevas piezas y han rebajado el nivel de debate político interno.

El potente socialismo gaditano no controla la Junta de Andalucía, pero sigue siendo el claro referente en el territorio, con un amplio respaldo en los ayuntamientos de la provincia, en los que obtuvo 285 concejales frente a los 145 del PP; y tras haber ganado también las elecciones generales en la provincia (209.535 votos frente a 131.149 del segundo partido, Cs).

Con todo, la tensión está latente y Román ha advertido a sus compañeros sean conscientes del valor de esta coyuntura: “no debemos equivocarnos, porque vivimos un momento muy importante” ha dicho, al tiempo que ha avisado de que “cuando un partido hace cosas que a la gente ni le va ni le viene, simplemente pierde la confianza”.

El PSOE-CA vive un escenario de paz, pero queda por saber la paz de quién.