Nacho García clausurará el Morcilla Comedy
La Asociación Cultural Hijos de la Comedia contará el 21 de noviembre con este reconocido humorista como artista invitado en la final de esta segunda edición
Aranda de Duero
Nacho García ejercerá de maestro de ceremonias en el Certamen Nacional de Monólogos de Humor Morcilla Comedy que organiza en Aranda la Asociación Cultural Hijos de la Comedia. Este humorista, natural de Córdoba aunque afincado en Valladolid, es la estrella invitada por la organización para la gala de clausura de esta segunda edición, que tendrá lugar el 21 de noviembre. Miguel Robles, coordinador del concurso, define como “un referente” y “un cómico de los pies a la cabeza” a este monologuista, que lleva mucho tiempo en los escenarios y en programas de televisión de máxima audiencia. Ha sido reportero de Caiga quien caiga y trabaja mano a mano con J.J.Vaquero, entre otros muchos papeles.
La organización seleccionó el año pasado 24 aspirantes, 21 varones y 3 mujeres, resultando ganadora una de ellas, la salmantina Asun Serra. Este año el número de candidatos se amplía a 32, que se repartirán en 8 semifinales, incorporándose al circuito dos locales más. Las veladas serán el 27 de Septiembre 4,11, 18 y 25 de Octubre y los días 1,8 y 15 de noviembre, a razón de 15 ó 20 minutos por cada uno de los cuatro concursantes, repitiendo el formato del año pasado.
Hasta el 8 de septiembre está abierto el plazo de inscripción. Las bases se pueden consultar en el Faceebook de Morcilla Comedy y la documentación que se solicita se enviará por correo electrónico a hijosdelacomedia@gmail.com
Como requisitos fundamentales cabe reseñar que el monólogo debe ser del género cómico, original en su totalidad, en castellano y de una duración aproximada de entre 15 y 20 minutos. Quien lo interprete debe ser autor del mismo en su totalidad. Específicamente se recoge en las bases que el tema será libre, pero que se excluirán todas aquellas obras cuya temática suponga el fomento de la discriminación por razón de raza, sexo, nacionalidad o religión. La organización se mueve en este caso en el filo que separa la necesidad de no coartar la libertad de expresión de los cómicos, pero sí evitar contenidos ofensivos que no vengan a cuento. “Lo que no se puede permitir es el ataque gratuito, porque hay que tener arte para no ofender, pero también hay que tener en cuenta que no todo lo que diga el cómico arriba en el escenario va a misa: él está haciendo un papel y no tiene porqué ser verdad”, recalca Robles.