La llegada de Rafinha cedido sólo depende del ok de Lim

Valencia

Rafinha quiere jugar en el Valencia, el Valencia quiere que Rafinha juegue aquí y el Barça está dispuesto a renovar el contrato del jugador y acceder después a una cesión al Valencia. Es decir, que todas las partes están completamente de acuerdo para que la operación se haga de inmediato, pero falta una pata: la pata de Peter Lim. El máximo accionista no da señales de vida y por lo tanto, Mateo Alemany no tiene la autorización del 'jefe' para dar el paso definitivo.

El último impulso se dio ayer y fue el propio Rafinha el que instó a los dirigentes del Barça a que preguntaran en el Valencia si querían cerrar la operación de cesión por una temporada. El centrocampista brasileño quiere venir a Valencia sí o sí, y viendo que la operación lleva enquistada desde hace ya prácticamente dos meses, decidió dar ese paso en firme. El Barça y el Valencia se pusieron entonces en contacto y se dieron el mutuo sí, pero falta el sí de Singapur que no se ha producido.

Cabe destacar que en la reunión que Mateo Alemany y Marcelino mantuvieron con Lim en Singapur a mediados de julio, el propietario se opuso a la compra de Rafinha, pero sí que les autorizó a trabajar el tema desde el punto de vista de una cesión. Ahora, que la cesión se ha conseguido y todo se ha pactado verbalmente tanto con el Barça como con el jugador, Peter Lim, a día de hoy, no ha dado el ok para que Rafinha se convierta en nuevo jugador del Valencia.