Un grupo de científicos critica el diagnóstico oficial sobre el Mar Menor
Advierten que algunas medidas adoptadas son "fruto del nerviosismo" y de una "visión cortoplacista incompatible" con la recuperación de un ecosistema "complejo"
En un comunicado, científicos del Instituto Español de Oceanografía, las universidades Politécnica de Cartagena y de Alicante y de Murcia, del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Sureste-Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de Nueva Cultura del Agua han rechazado la interpretación que Ángel Pérez Ruzafa está transmitiendo en nombre del comité de Asesoramiento Científico que "todavía" integran algunos de los firmantes del manifiesto.
Tras asegurar que ese órgano asesor "carece actualmente de operatividad" y no se ha reunido en plenario en el último año, han advertido de que no consta su respaldo a las declaraciones de una "pretendida portavocía" de Ruzafa, que "obvian" las investigaciones de los últimos dos años, financiadas en muchos casos por el propio Gobierno.
"En nombre de la ciencia se realizan afirmaciones oportunistas e improvisadas, al hilo de eventos anómalos como espumas y mortalidad de animales, sobre la base de valoraciones personales de pretendidos líderes de opinión, cuyo discurso a menudo cambia según a quién vaya dirigido el mensaje", han indicado.
En este "bucle de declaraciones irresponsables" se ha llegado a transmitir la idea de que el mar Menor está "mejor que nunca" y de que "todo está controlado", en lugar de reconocer que está "muy lejos de su recuperación", sometido aún a las "múltiples presiones antrópicas que lo llevaron al colapso" en 2016.
Según los firmantes, el actual color verde del agua no obedece a vertidos puntuales o a un incremento de las temperaturas o a los vientos, sino que es fruto de un proceso cuyo "motor principal" es el exceso de nutrientes de origen externo e interno.
Para los expertos, hay datos "más que suficientes" para asumir que la laguna ha pasado de un estado oligotrófico pobre en nutrientes a otro eutrófico rico en ellos cuya reversión es "muy complicada" e "imposible" a corto plazo.
Han apuntado que el ensanchamiento de las golas o la recogida de aguas de las ramblas vertientes para echarlas en el mar Mediterráneo "contradicen" los informes del comité y son "fruto del nerviosismo" y de una "visión cortoplacista incompatible" con la recuperación de un ecosistema "complejo".