El psiquiatra

León

Hace más de tres décadas que el psiquiatra José Antonio de Santiago recaló en la vida política de esta comunidad, siempre bajo las siglas del Partido Popular. En las últimas tres legislaturas con gobiernos presididos por Juan Vicente Herrera, de Santiago era el “puto amo”. Una expresión que comparten algunos miembros y técnicos de aquellos gabinetes para explicitar que nada importante se movía sin su consentimiento.

Nadie como él ha sabido rentabilizar partidariamente el reparto de ayudas millonarias a los grupos de comunicación que operan en la comunidad. Con millones públicos se han comprado fidelidades editoriales que han favorecido los sucesivos triunfos electorales del partido popular. Los dos grupos hegemónicos en el mercado de la información en la región, Promecal y Edigrup, han recibido del gobierno de la Junta, en los últimos 10 años, más de 200 millones de euros a través de ayudas directas y publicidad.

Mucho dinero para tener los ojos tapados y no ver que el perfil de los señoritos no era muy recomendable. Los presidentes de ambos grupos han tenido y tienen graves causas abiertas con la Justicia. Sin ir más lejos, el berciano José Luis Ulibarri –propietario de Edigrup- figura como imputado en tres de los procesos de corrupción más conocidos: la Púnica, Gurtel y la Enredadera.

En este tablero ha jugado durante años el hoy concejal de Valladolid, José Antonio de Santiago Juárez. El mismo que esta semana ha lanzado el señuelo de pedir que la capital del Pisuerga lo sea también de esta comunidad con dos regiones y muchas costuras por hilvanarse.

Dejemos esta liebre que el psiquiatra se sacado de la chistera y sigamos el rastro más provechoso del discriminado reparto de los millones que han convertido una buena parte del periodismo regional en un pesebre.