El Hércules pierde en Buñol y cae a puestos de descenso a Tercera División
Los blanquiazules acumulan dos derrotas seguidas y solo han conseguido un punto de nueve disputados. La próxima jornada, los herculanos reciben, en el Rico Pérez (19:30 horas), al Sabadell
Alicante
El Hércules perdió ante el At. Levante por 1-0, gol de Martínez (min 8), en la ciudad deportiva de Buñol. Con este resultado, el conjunto dirigido por Planagumà acumula dos derrotas consecutivas en solo tres jornadas, un punto de nueve disputados y cae a puestos de descenso directo a Tercera División.
Sin duda el peor arranque de esta etapa en Segunda División B y el menos deseado por el técnico catalán, que renovó el pasado verano por dos temporadas.
El partido no tuvo demasiada historia. Una parte para cada equipo. La primera y el gol para los granotas y la segunda para el Hércules.
Los blanquiazules desperdiciaron 45 minutos y la escuadra que dirige el exentrenador herculano Luis García Tevenet salió a por el encuentro. El dominio local tuvo premio a los ocho minutos. La defensa herculana se olvidó de cerrar el centro del área y Pablo Martínez de fuerte disparo, con la ayuda del palo, batió la meta de Falcón (1-0).
Tras el gol, el Hércules no reaccionó. Siguió cometiendo errores. Y el Levante tuvo opciones de marcar el segundo.
Tras la reanudación, el Hércules fue otro. La salida de Alejandro Alfaro dio alegría al ataque herculano. Aportó más velocidad y detalles de calidad. Benja no encontraba puerta a pesar del domino abrumador de los blanquiazules. Jona tuvo dos ocasiones: la más brillante se estrelló en el larguero. Borja, a balón parado, pudo empatar. Un saque de esquina muy cerrado fue al palo. Los aficionados ya cantaban gol olímpico. Y así hasta seis ocasiones.
Pero en el fútbol, para ganar los partidos tienes que meter goles. Al Hércules se la ha olvidado.
La próxima jornada, la cuarta de Liga, el Hércules recibe en el Rico Pérez al Sabadell, el domingo a las 19:30 horas. La victoria se hace imprescindible para la continuidad de Planagumà en el banquillo. De no ganar, su crédito se habrá agotado.