La acusación dice que Ana Julia maltrató al niño y luego lo asfixió
Paco Torres: "El móvil es por una parte económico y, por otro, le incomodaba la relación con Ángel"
Almería
La magistrada Alejandra Dodero tomó la palabra y ordenó a los agentes soltar las esposas de las muñecas de Ana Julia Quezada. “Se va usted a mantener tranquila, ¿verdad?”. El policía desbloqueó los grilletes y la acusada asintió levemente en señal de aprobación. Entonces comenzó el juicio.
La presunta asesina de Gabriel Cruz se sentó este lunes en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Almería 559 días después de la desaparición del pequeño en un camino de Las Hortichuelas (Níjar). En el horizonte, el único objetivo de evitar la prisión permanente revisable.
No lo tendrá fácil, especialmente tras el golpe de efecto de la acusación particular. Los padres no se conforman con demostrar la alevosía en el presunto asesinato del niño de ocho años, sino que aportarán un informe pericial forense para acreditar el ensañamiento. “La acusada aumentó inhumanamente el dolor para hacerle sufrir”, señaló el letrado Francisco Torres durante su exposición inicial. Según esta versión, Ana Julia Quezada “le dio una manta de palos durante una hora” y “luego lo asfixió”.
Este relato altera sustancialmente la secuencia marcada por el informe del Instituto de Medicina Legal de Almería, que sitúa las lesiones craneales en el mismo instante de la asfixia. Según los médicos del IML “se observaron varios traumatismos sobre la zona craneal que indican golpes repetidos sobre una superficie plana (pared, suelo...), pudiendo vincularse al propio mecanismo de la sofocación en el cual se aplica una fuerza importante sobre la zona buco-nasal, estando la cabeza apoyada contra dicha superficie plana”.
El móvil de la agresión
La acusación particular rechaza esta lectura, más cercana a las posiciones de la defensa, y sentarán en el juicio a dos peritos forenses dispuestos a defender que el niño sufrió lesiones anteriores a la asfixia (anoxia o falta de oxígeno en el cerebro). “Lo apalea, lo ve balbuceando con vómito y ahí lo asfixia”, aseveró Torres ante el jurado popular.
Además, la acusación particular dio un paso más allá para poner sobre la mesa el móvil de la agresión. Este punto es técnicamente irrelevante para la resolución del caso, puesto que el jurado popular puede llegar a un veredicto de culpabilidad sin necesidad de conocer los motivos de la presunta agresión, sin embargo, Torres trabaja desde el primer día para apuntalar el relato.
“El móvil es doble, por una parte económico y, por otro, le incomodaba la relación de Gabriel con su padre, lo que le llevó a un total desprecio por la vida de un niño de ocho años y es absolutamente incomprensible”, señaló vehementemente en su intervención. “¿Se pueden imaginar matar a alguien y ponerse a fumar y a pintar una lavadora?”. A solo tres metros, Ana Julia Quezada negaba ligeramente y susurraba al oído de la letrada Beatriz Gámez Salcedo, sentada a su lado en el extremo más alejado de la bancada.
La defensa
La acusada ha mantenido un relato uniforme desde 48 horas después de su detención con el cadáver de Gabriel Cruz en el maletero de su coche en La Puebla de Vícar, en aquella conocida intervención de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Su abogado, Esteban Hernández Thiel juega la defensa sobre el informe forense del IML de Almería, que consideran compatible con la versión de una muerte por imprudencia durante una discusión con el menor en la finca de Rodalquilar (Níjar) sobre las 15.30 horas del 27 de febrero de 2018.
“Si estaba todo tan planeado, ¿cómo lo matas en una vivienda propiedad del padre, te quedas allí con todo el revuelo mediático y lo haces todo con un móvil que poco sentido tiene?”, se preguntó el letrado de la defensa en su informe inicial. Esteban Hernández Thiel recordó además que la fiscal Elena Fernández Lora “no dice nada de eso y habla de que le tapa la boca y le sofoca”.
La selección de los miembros del jurado popular se dilató más de lo previsto e impidió la declaración de Quezada, prevista para la jornada del lunes. En tal caso, la magistrada Alejandra Dodero decidió posponer la comparecencia para la mañana de este martes a las 9.30 horas.
Este retraso en el calendario obligará presumiblemente a alargar la jornada hasta la tarde y, por tanto, a mover las comparecencias de los padres del menor, Ángel Cruz y Patricia Ramírez, la abuela y una prima menor de edad, todas ellas fijadas a puerta cerrada en un auto de la magistrada del pasado viernes.
Ana Julia Quezada se enfrenta a una petición de prisión permanente revisable y a dos delitos de lesiones psíquicas a los padres. La defensa admite el crimen, pero lo circunscribe a una homicidio imprudente.