No es Vigo este León

León

Es septiembre y Vigo ya ha iniciado la colocación de los millones de luces que volverán a iluminar las noches navideñas de la capital gallega. Una discutida ocurrencia del alcalde, Abel Caballero, que el pasado año provocó, sin embargo, la llegada de miles de visitantes a la ciudad.

Mientras sucede tanta abundancia de luz junto al Atlántico, la capital leonesa se debate bajo las sombras de la puesta en marcha de un proyecto de iluminación, aprobado en pleno de la legislatura anterior con los votos de populares, ciudadanos y socialistas, y que conlleva una desembolso que supera los 21 millones de euros.

Con los socialistas en el gobierno municipal, la puesta en marcha de las iluminarias led comienza a tener deficiencias lumínicas y lagunas contractuales que no dejan en buen lugar ni al gobierno anterior ni a los responsables de los partidos que lo estudiaron y aprobaron. Silván, en su línea de político valiente, ya se excluye y culpa a los técnicos de los posibles fallos, si los hubiera, que ya los hay.

El actual alcalde, José Antonio Díez, tiene ahora la responsabilidad de leerse bien –sino lo hizo antes- el contenido del contrato acordado con la empresa adjudicataria y hacer que se cumplan las promesas de mejora y ahorro que en su día compartió sin remilgos.

Hace años que numerosos barrios, calles y parques céntricos de la ciudad tienen una iluminación de candiles pobres. Si ahora, con 21 millones de euros sobre la mesa, aumentamos la penumbra, es razonable pensar que algunos han firmado en barbecho un contrato millonario que no estuvo, ni ahora lo está, exento de sospechas.