"Nunca piensas que te puede tocar a ti"

Madrid

El color que destaca desde hace seis meses en el Paso del Prado es el verde caqui del centenar de tiendas de campaña que se reparten desde la Plaza de Cibeles hasta el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

Campamento protesta en el que por primera vez las personas que viven en la calle se organizan pidiendo que se les garantice por ley una salida para una realidad que solo en la capital sufren más de 2.700 personas según el último estudio coordinado por el ayuntamiento. El estudio se publicó en el mes de abril y dejó sobre la mesa otro dato preocupante, en los dos últimos años el número de personas que están en situación de calle se ha incrementado en un 24%.

Nosotros solo queremos que se garantice "que nunca se va a dejar a una persona en situación de sinhogarismo. Que si vas a los servicios sociales a pedir ayuda porque  has perdido tu casa y estás en la calle te digan, no se preocupe, tenemos un sitio donde puede estar y a partir de ahí empezamos a trabajar". Pero esto no pasa se lamentan

Por eso, cuenta  María con tono orgulloso "esta vez vamos a presentar un poco de batalla" para solucionar una realidad que está  a la vista de todos, aunque no quieran mirar. Si cuando hay una emergencia, como ocurre en el caso de la violencia machista, o por una incidencia climática, se busca una salida habitacional para las personas que la sufren hasta que pueden superar el problema "¿por qué a nosotros no?" se preguntan.

Y ahí incluyen a los que como ella o como Ángel, que durante años trabajó como portero, probaron suerte cuando la ola del crecimiento económico les empujaba a subirse, para terminar arrastrándoles.

Dormir a los pies de la Cibeles

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Ahora cuando salen de su tienda, lo primero que ven es el Palacio de Cibeles, el imponente edificio que alberga el ayuntamiento de Madrid cuyos servicios sociales critican por falta de interés. Fuentes municipales reconocen que los recursos sociales están saturados pero que al final siempre se termina encontrando una solución, aunque "no siempre aceptan los que se les ofrece".

"Pero muchos preferimos estar aquí, en la intimidad de nuestra tienda a estar en un albergue al que tienes que entrar a las ocho de la noche y del que te echan a las ocho de la mañana haciendo cola para poder ducharte cuando te dejan" cuenta Miki mientras nos enseña la ducha improvisada con dos cortinas de baño azules, unos palés y dos bidones en un ficus al borde de la carretera por la que a diario pasan miles de coches en plena milla del arte de Madrid

En los casi seis meses que dura su protesta la respuesta que están recibiendo de las dos administraciones, el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Sanidad es la misma, la indiferencia.

La respuesta a los que se interesan por su situación también: "nunca piensas que te puede tocar a ti".