Lo prudente de suspender las clases

Valencia

Este fin de semana no se ha habado de otra cosa en círculos escolares: padres y madres quejándose amargamente de que el viernes se suspendieran las clases.

Entiendo su malestar porque con las clases suspendidas resulta muy complicado atender a los pequeños si se tienen obligaciones laborales. Sin embargo, y quizás resulte algo impopular lo que voy a decir, soy de los que piensan que mejor pasarse que quedarse corto. Hay que ponerse en la piel de las personas que tiene la responsabilidad de anular o no las clases ante una alerta roja meteorológica.

¿Qué hubiese pasado si no se hubiesen suspendido, hubiese diluviado y hubiese resultado herido alguno de nuestros hijos? En este tipo de situaciones lo mejor es la prudencia.