Decretada la apertura de juicio oral contra el dueño de la finca en la que murió Julen
Ordena a David Serrano que deposite una fianza de 885.000 euros para hacer frente a las posibles responsabilidades pecuniarias a las que pudiera ser condenado
Málaga
El Juzgado de Instrucción 9 de Málaga ha decretado la apertura de juicio oral por la muerte de Julen, el pequeño de dos años que cayó en enero a un pozo de una finca del municipio malagueño de Totalán del que fue rescatado sin vida trece días después.
En el caso hay un solo acusado, el dueño de la finca, David Serrano, para quien la fiscalía de Málaga pide una pena de tres años de prisión como presunto autor de un delito de homicidio imprudente. En el auto del Juzgado, adelantado por el diario SUR y al que ha tenido acceso esta emisora, el tribunal mantiene en libertad a David Serrano aunque le ordena que abone una fianza de 885.000 euros para hacer frente a las posibles responsabilidades monetarias a las que pudiera ser condenado, entre ellas, las indemnizaciones a los padres o el coste del rescate de Julen que asumió en su día la Junta de Andalucía tras tasarlas en 700.000 euros.
En este auto el juzgado da a los abogados de David Serrano un plazo de diez días para que presenten su escrito de defensa en oposición al de acusación que ya hizo la Fiscalía. En el caso también están personados los padres de Julen como acusación particular y pide para el acusado una pena de tres años y medio de prisión.
Escrito Fiscalía
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Según el escrito de la Fiscalía , que hace el relato de hechos sobre los que sustenta la acusación, el 13 de enero pasado, David Serrano junto a su pareja y la hija menor de ambos invitó a José Roselló, su pareja Victoria García y su hijo Julen a pasar un día en la finca de Totalán.
Dice la Fiscalía , que el acusado no avisó que, muy cerca de donde iban a preparar la comida, en la zanja, había un pozo sin tapar ni señalizado, David era el único que sabía que en ese punto estaba el sondeo.
En un momento dado Julen comenzó a correr por la zanja hasta que, al llegar al extremo más corto, se precipitó. Su muerte ocurrió minutos después de la caída. Se precipitó más de 70 metros, la altura de un edificio de 22 pisos por un sondeo de pozo de, apenas 22 centímetros de ancho. En la caída sufrió una luxación de la primera vértebra cervical, una lesión incompatible con la vida porque paraliza los mecanismos de respiración. Quedó tapado por la tierra que arrastró en su caída. Entró tierra en su sistema digestivo por el mecanismo reflejo de tragar aunque ya no respiraba.
La Fiscalía dice, de hecho, que a David Serrano se le olvidó el día de los hechos avisar y tapar el pozo y no previó el peligro que ese sondeo podía suponer tanto para su hija como para el pequeño Julen.
Ignacio San Martín
Periodista de Málaga especializado en tribunales y motor. Responsable de 'Autoradio', programa decano...