Rado ya
El centrocampista serbio demostró en se debut como granota ante el Éibar que es el perfil de futbolista que el equipo necesitaba para construir una nueva estructura de juego
Valencia
Me bastaron veinte minutos de Nemanja Radoja con la elástica granota para adivinar que después de quince meses sin Jefferson Lerma, haber gastado la friolera de 12 millones y medio de euros en Vukcevic y en Melero, haber probado con Campaña, con Prcic, con Doukouré y hasta con el canterano Manzanara por fin el Levante ha logrado fichar a un mediocentro dinámico, preparado y adaptado para jugar al máximo nivel.
Desde que pisó por primera vez el césped de Orriols lo hizo todo bien, transformó el correcalles en el que se había convertido el partido en un territorio bajo control, exceptuando una de esas arrancadas temerarias de Vezo, que desde ayer ya sabe que hay un compañero a quien pasarle la pelota sin temor a que la pierda de forma imprudente y que la distribuirá con criterio.
Cambió la velocidad en el momento justo, le dio la aceleración necesaria en zona de finalización, basculó para que los jugadores de banda encontraran una referencia en situación de apuro, realizó las coberturas oportunas a los centrales cuando los laterales se abrían y dotó al equipo de una salida de balón escalonada.
Me siento aliviado porque por fin Paco López podrá armar una distribución táctica reconocible, que nada tiene que ver con el estilo, ni con el ADN de una plantilla confeccionada para atacar y con una clara vocación ofensiva. El técnico de Silla nos ha mostrado el catálogo completo de sistemas en tan solo cinco jornadas y hasta la aparición de Radoja en el tramo final del encuentro ante el Eibar no le he visto claro.
Hoy respiro más tranquilo porque el entrenador granota ya no tiene la necesidad de ser el equilibrista en el que se había convertido durante el primer mes de competición intentando armonizar lo táctico, con lo anímico, con los estados de forma y con los que fruncen el ceño o tuercen el morro cuando no se ven en el once inicial.
Ha sido muy difícil compatibilizar la titularidad de Vukcevic con la querencia atacante de Campaña o Rochina que han estado más pendientes de lo que hacía y de lo que no hacía el montenegrino, que de lo que requería el partido, con el agravante de asumir riesgos innecesarios con balón en zonas del campo que han tenido que ocupar por exigencias del guion.
Ante el Éibar quedó meridianamente claro que Gonzalo Melero y Campaña no pueden permutarse la posición de pivote defensivo, porque es algo nocivo para el equipo por las constantes pérdidas y porque les aleja de la portería rival que es donde deben explotan sus virtudes.
La necesidad, hasta la puesta a punto de Radoja, obligaba a confiar en Vukcevic que ha realizado una aceptable pretemporada y merecía una oportunidad para demostrar si quería formar parte del grupo o habría que buscarle una salida precipitada y con un coste descomunal. Nadie es ajeno al error de su fichaje.
El internacional por Montenegro se ha ganado ocupar una de las 22 fichas profesionales y al mismo tiempo ha confirmado, que con su juego no está para ser titular en este equipo y tendrá que prepararse física y mentalmente hasta que el entrenador lo vuelva a necesitar.
Ha llegado el momento para Nemanja Radoja y para que Quico Catalán comience a trabajar con Jorge Mendes la mejor salida para Vukcevic en el mercado de invierno ahora que el jugador todavía tiene valor y que beneficiará a Bardhi y a Melero que encontrarán su espacio.
José Manuel Alemán
Redactor de Deportes en Radio Valencia