Unos 35.000 turistas están afectados en Canarias por la quiebra de Thomas Cook
Sólo en la temporada de invierno el turoperador traería a las Islas en torno a un millón de turistas
Tenerife
La quiebra de Thomas Cook ha puesto en jaque al sector turístico del Archipiélago. Es el segundo turoperador que mayor número de visitantes trae a Canarias, una cifra próxima a los tres millones al año. Una situación que ha cogido a una gran cantidad de turistas en las Islasde ellos 35.000 en Tenerife, que tendrán que ser repatriados.
El grupo de viajes tenía previsto esta semana en Canarias 159 operaciones. En concreto, la compañía preveía operar 53 vuelos con más de 11.300 plazas con el aeropuerto Tenerife Sur, 58 con Lanzarote, donde había comercializado más de 6.500 plazas, y 30 vuelos con Fuerteventura, en los que iban a viajar más de 6.800 asientos. Otros 3.100 clientes habían comprado billetes para viajar en uno de los 16 vuelos que la empresa tenía previsto operar esta semana con el aeropuerto de La Palma, mientras que otros iban a volar a y desde Gran Canaria.
Desde el Cabildo de Tenerife, su consejero de turismo, José Gregorio Martín Plata, ha avanzado la intención de establecer "un plan de contingencia" para atender a los turistas y que su repatriación "no sea traumática". Será una estrategia conjunta para "afrontar la crisis" que, este lunes, aborda el presidente de la institución insular, Pedro Martín, junto al director del aeropuerto Tenerife Sur y a la patronal hotelera tinerfeña.
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Precisamente el presidente de Ashotel, Jorge Marichal, ha afirmado que lo ocurrido "no son nubarrones" para el sector, es "la tormenta perfecta". Espera que "lo antes posible" se ponga en marcha un plan de contingencia porque en el invierno su preocupación es que Canarias se va a quedar sin una de las compañías "más potentes". Por ello, ha apelado a "hacer piña" y sentarse "para salvar lo que se pueda de la temporada".
Al futuro, también, ha mirado la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, pero sin perder de vista lo más urgente. La necesidad de "montar" un sistema de emergencia para solucionar las repatriaciones y para "ordenar" su salida y que "no se colapsen" los aeropuertos.