Tensión al alza por el cierre de la térmica de As Pontes

Santiago de Compostela

Bastaron las primeras doce horas desde que Endesa anunciase el adelanto del cierre de su central de As Pontes (A Coruña) para que la tensión latente entre la ciudadanía se tradujese en el establecimiento de barricadas a la entrada de la villa.

Los accesos por dos carreteras quedaron temporalmente cortados pasadas las 02:00 horas por la presencia de neumáticos ardiendo. Es el síntoma de una incertidumbre que parece conducir irremediablemente a un recrudecimiento de las protestas en el municipio, de 10.000 habitantes.

Aferrado desde hace décadas al recinto, que se adaptó a los vaivenes del mercado y que vio paralizadas hace unos días las obras de transformación por los requerimientos europeos de emisiones ambientales, el ayuntamiento apostó, y no ahora, desde hace más de veinte años, por una paulatina diversificación.

El asentamiento de nuevas empresas de sectores complementarios hizo florecer sus polígonos y enriquecer la labor de un comercio y hostelería pujantes.

A treinta minutos de Ferrol por autovía, el pulmón del interior de la comarca teme por su futuro.

Los transportistas que conducen el carbón del que se alimenta Endesa desde el puerto exterior de Ferrol han sido los primeros afectados y el golpe les impacta de lleno.

Tuvieron que adaptar sus vehículos con costes elevados y en este momento ven el riesgo de que vuelen aquellas inversiones sin un fruto a cambio. Mantienen encierros desde comienzos de mes en los consistorios de As Pontes, Ferrol y Vilalba, ejes de un área de más de 300.000 personas en vilo, y este sábado se han reunido en un ambiente de malestar en la villa minera.

El colectivo ha contado con el apoyo de una de las ediles del gobierno local, Ana Pena, para "mejorar los ánimos", ha relatado el portavoz, Manuel Bouza.

El escenario político no es ajeno al devenir del caso porque As Pontes congrega varias peculiaridades.

Su alcalde, Valentín González Formoso, otorga al PSOE, que asiste a la crisis gobernando en Madrid, una de sus mayorías absolutas más sólidas de Galicia y lidera la unidad de acción social, política, sindical y empresarial.

Es, además, presidente de la Diputación de A Coruña y líder de los socialistas en la provincia, pero le toca dar la cara ante un Ejecutivo de sus mismas siglas con un problema delicado entre las manos.

La gravedad del asunto ha provocado, sin embargo, movimientos políticos de calado.

El responsable del grupo local del BNG, Francisco da Silva, ha dejado a un lado las desavenencias notorias entre ambos partidos en As Pontes para convertirse en concejal "delegado especial" del departamento de Industria como gesto de bloque ciudadano.

Bouza, mientras, pide "perdón a la gente perjudicada" por la quema de ruedas de la noche del viernes al sábado y advierte que es el principio.

"Va a ser más difícil; se va a recrudecer", avanza, para relatar que el llamado "grupo de crisis" que se conformó hace unas semanas adelanta a este mismo domingo su próxima cita para concretar movilizaciones.

Ya habían fijado una caravana de camiones para colapsar el tráfico en la ciudad de A Coruña, pero ahora prevé que sean muchos más de 300, como esperaban, los vehículos desplazados.

En todo caso, sostiene que el futuro de la central "no está perdido, hay que luchar e ir a más".

Valora que el anuncio oficial de Endesa ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores destapa un cierre más temprano del recinto, aunque destaca que no habla de "cierre total" en el corto plazo.

Con un "tenemos que seguir peleando" despacha su apreciación sobre el horizonte temporal más cercano, que en solo un día ha pasado de neblina a amenazar tormenta en el otrora mayor centro eléctrico del noroeste peninsular.