El Nuevo Pepico Amat de Elda cumple siete años plagado de deficiencias

El estadio municipal Nuevo Pepico Amat de Elda cumplió ayer siete años desde que abrió por primera vez sus puertas para albergar un partido oficial de fútbol. Fue el 30 de septiembre de 2012 cuando el Eldense, presidido entonces por Julián Fernández, se medía al Borriol coincidiendo con la sexta jornada de liga en el Grupo VI de la Tercera División que acabó con victoria azulgrana (1-0) gracias al gol de Cristian Algaba en el minuto 20 de la segunda mitad. El Deportivo estaba dirigido entonces por José Arastey con José Vicente Moreno como ayudante y alineó de salida a Imanol González, Agulló, Arnau, Meijide, Edu Serrano, Nemesio, Marcos Guill, Ferrán, Manrique, Algaba y Juanan. Como suplentes estuvieron Pablo Paterna, Mikel Uriarte, Jordi, Carlos Egido y George. El encuentro estuvo dirigido por el valenciano José Antonio Morales Yuste con Blas Mayor Pérez y Teresa Recatalá Chordà como asistentes.

Más allá del aspecto meramente deportivo, la puesta en marcha del recinto de la calle Heidelberg, vino precedida de protestas del colectivo de ASPRODIS a sus puertas y con la retirada de su pancarta reivindicativa de las gradas como presagio de la gran cantidad de deficiencias que se han venido destapando con el tiempo, en una instalación construída a escasos metros del viejo estadio, y que costó 4,5 millones de euros del llamado Plan Confianza de la Generalitat Valenciana con el popular Francisco Camps como presidente de la misma y con la también popular Adela Pedrosa rigiendo el consistorio eldense. De hecho, Pedrosa fue la encargada de realizar el saque de honor del primer partido disputado en un estadio que no está inaugurado oficialmente.

Desde ese primer día, lluvioso en Elda, los aficionados han venido comprobando que la cubierta de su tribuna es más un ornamento que un techado eficiente ya que cuando llueve hay que abrir los paraguas para evitar mojarse.

Ampliar

La deficiente iluminación ha sido un auténtico caballo de batalla a lo largo de este tiempo por estar tan mal orientada como ser insuficiente en lo que a número de luminarias se refiere, para evitar que sobre el terreno de juego se proyectaran círculos iluminados circundados por sombras. Hace apenas unos días, el equipo de gobierno de Elda encabezado por el socialista Rubén Alfaro, ha invertido una importante cantidad de dinero para sustituir los focos por otros de tecnología LED que han paliado sensiblemente, aunque no del todo, esa deficiencia.

A lo largo de este tiempo se ha tenido que cerrar dependencias como vestuarios y salas de entrenamiento debido a las filtraciones de agua provocadas por la mala impermeabilización sin olvidar el sellado de juntas y otras actuaciones que se han llevado a cabo desde que el socialista Fernando Gómez se hizo cargo de la concejalía de Deportes.

Mala megafonía, una caseta de obra habilitada, deprisa y corriendo. como cabina de prensa, problemas con el marcador electrónico, perímetro de las gradas, dentro del recinto deportivo, sin acabar y en los que todavía hay piedras al alcance de algún descerebrado y otros aspectos que el gobierno local intentará subsanar después de que el pleno del ayuntamiento de Elda haya aprobado la incautación del aval que en su día ingresó la empresa encargada de la construcción. Alrededor de 114.000 euros que se invertirán en aquellos desperfectos que se han podido justificar: 20.000 euros para humedades del pavimento, 14.000 para las humedades de la sala de tenis de mesa, 8.000 para el techo de la sala de gimnasia, 10.000 para la cubierta u 8.000 para el recubrimiento de las vigas de la tribuna cubierta.

Una obra con cinco años de garantía y un expediente tramitado desde 2017, antes de culminar este periodo.

El edil de Deportes, Fernando Gómez en declaraciones a Radio Elda – Cadena SER, ha destacado recientemente que, además de hacerse justicia con el tema económico se ha demostrado la mala gestión del PP con el proyecto más caro de la ciudad y con unas instalaciones al lado de una misma dotación.

Mientras tanto, por otro lado, los servicios jurídicos del ayuntamiento trabajan para investigar las posibles responsabilidades que se pudieran depurar ante esta mala praxis, no solo técnicas sino también jurídicas.