Activista en América, vidas de alto riesgo

Madrid

La vida de los activistas en Centroamérica estña llena de amanazas, represión, persecuciones y asesinatos. Esta semana analizamos el riesgo que sufren los defensores de los derechos humanos en Amércia Latina, a partir de los datos y cifras que ha aportado la plataforma 'Voces Defensoras', una coalición liderada por Mundubat, cuyo objetivo es generar conciencia acerca de las amenazas, la estigmatización y violencia que sufren las personas que forman parte de estas organizaciones.

El feminicidio en México es el caso más alarmante. Los asesinatos de mujeres no dejan de crecer:

• En 2017, fueron 3.256 las víctimas, 9 cada día.

Las estadísticas también reflejan otros datos execrables:

• En 2017 hubo 862 agresiones a mujeres activistas. Pero sólo se denuncia el 38 por ciento de las agresiones.
• En la última década fuero asesinadas 43 mujeres defensoras y periodistas

Muchas de ellas fueron asesinadas en Guatemala, allí el objetivo son las personas que reclaman su tierra y defienden los bosques y los ríos: 

• Cada 40 horas matan en el mundo a un activista de este colectivo. La agroindustria es el sector más vinculado a estos ataques
• En 2018, había registrados oficialmente casi 1.500 conflictos agrarios que se traducen en un grave problema de seguridad alimentaria

En Colombia, la amenaza la sufren los indígenas:

• En dos años han sido asesinadas 283 defensores y líderes sociales. Crímenes con la firma de los grupos armados que quedan tras 50 años de conflicto
• La Organización Indígena de Colombia documentó en 2018 231.144 casos relacionados con masacres, homicidios, desapariciones forzadas, desplazamiento, violencia sexual y amenazas

En el caso de Honduras la represión se ceba con el colectivo homosexual:

• Más del 60% de los defensores de los derechos humanos asesinados pertenecen al colectivo gay
• El 92% de los asesinatos quedan impunes

El mundo está lleno de negacionistas que reniegan del amenaza de la homofobia. Pero hay un dato que estremece. Un dato que apaga cualquiera de esos discursos. La esperanza de vida del colectivo homosexual en países como Honduras es de sólo 34 años. “Es duro pensar que la esperanza de vida de un hondureño es de 67 años. Y en cambio, para nuestro colectivo, no llega ni a los 34 años”, explica a Punto de Fuga Donny Reyes.

Es la voz de un superviviente. Es el responsable de una organización que se ha situado en el punto de mira de los intolerantes por abrir un espacio para el colectivo LGTBI libre de violencia. “Comenzamos a vivir el ciclo de la violencia en nuestros propios hogares”, relata a la SER. Su visita va a servir de excusa para repasar la situación del colectivo LGTBI