"Palizas en Directo"
Una energúmena de aspecto adolescente la emprendía a golpes y patadas contra una compañera de instituto
Firma Rosario Pérez "PALIZAS EN DIRECTO"
03:12
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/048RD010000000101759/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Algeciras
El otro día me quedé petrificada ante el televisor a la hora del telediario, viendo como una energúmena de aspecto adolescente la emprendía a golpes y patadas contra una compañera de instituto, mientras otra idiota, también menor de edad y por lo visto, sin nada mejor que hacer en la vida, grababa la violenta escena con el móvil… La víctima, paralizada por la virulencia del ataque, y, probablemente, por la angustia y por el miedo, apenas podía defenderse, y la “grabación” se volvía aún más repulsiva por el hecho de que, aunque estaban fuera de plano, sí que se oían de fondo las voces y las risillas de otro puñado de niñatas, a las que imagino que sólo les faltaban unas cola colas y unas palomitas para disfrutar todavía más del espectáculo… Unas risillas, sí, ya saben: la macabra risa de las hienas.
Como ustedes, supongo no era la primera vez que veía algo así por la tele, claro, está… Lamentablemente, gracias a esta sociedad podrida, a la que ya lo que le faltaban eran los móviles con cámara y los videos en directo, tampoco será la última… Pero justo coincidía que sólo unos días antes había estado realizando un reportaje sobre el acoso escolar (el bullying y el ciberbullying, como lo llaman ahora), y la necesidad de que nos lo tomemos de una vez en serio, y supongo que tal vez por eso, porque la aplastante realidad de los datos aún estaba fresca en mi cabeza, el tema, esta vez, me tocó un poco más la moral.
Porque la pieza informativa, y el texto que la acompañaba, no venía sino a corroborar lo que días atrás había estado comentando con Ángel Corbalán, artífice y voluntario de la asociación Mayor-Net: un grupo de abuelos que, en los últimos años, se afanan en tratar de hacer algo, en la medida de sus posibilidades, contra esta lacra que atenta contra infancias y adolescencias, ante la pasividad de un sistema educativo, unas administraciones y unos políticos que parecen no terminar de enterarse de qué va la película.
Y la película va, precisamente, de lo que somos y de lo que seremos: de la clase de sociedad que estamos construyendo y permitiendo entre todos (distraídos como estamos con debates estériles, repartos de sillones y cortinas de humo de variados colores) y olvidando con demasiada frecuencia que los niños de hoy son los adultos del mañana… Todos: tanto los acosados como los acosadores, como los que mayoritariamente, alentados por la indiferencia de los adultos, se acostumbren a formar parte de ese silencio cómplice de los corderos que agachan la cabeza y miran para otra parte, porque la cosa no va con ellos y mejor no meterse en líos y pasar desapercibidos.
Si eso es lo que les estamos enseñando a ser, abrumados por nuestras “estresadas” vidas, nuestra “falta de tiempo” para educar en valores y corregir a tiempo, nuestra “alergia” a parecer autoritarios, y el recurso fácil y barato de tener distraído al niño, para que no moleste, con la adicción al móvil, o a la tele, o a las redes sociales, o al videojuego violento de turno… pues eso. Que apañados vamos.