Hasta la Cruz del Solán de Cabras por las riscas de la Serranía Alta de Cuenca
La ruta nos permitirá ascender hasta las cumbres de este valle del río cuervo y contemplar el balneario y la embotelladora casi desde el cielo
Cuenca
En el espacio Nos vamos de excursión que coordina Fernando Carreras de EcoExperience y que emitimos los viernes en Hoy por Hoy Cuenca, volvemos esta vez a nuestra comarca favorita, la Serranía Alta, para seguir descubriendo rincones increíbles, en este caso subiremos hasta la Cruz del Solán de Cabras, en Beteta, partiendo desde Puente de Vadillos, en Cañizares.
Hasta la Cruz del Solán de Cabras por las riscas de la Serranía Alta de Cuenca
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Para llegar al punto de partida salimos desde Cuenca hasta Villar de Domingo García, Albalate de las Nogueras, Cañamares, Cañizares y entramos en Puente Vadillos. Nada más cruzar el río Cuervo giramos a mano derecha en dirección al Balneario de Solán de Cabras.
Para comenzar la ruta debemos dejar el coche en los exteriores de la planta embotelladora de agua de Solán de Cabras. Aunque pasaremos por las orillas del Balneario, para llegar a iniciar la ruta no entramos en la misma.
El nombre del manantial de Solán de Cabras que veremos a mano derecha según ascendemos en la ruta, se dice que proviene de un pastor que veía que sus cabras enfermas sanaban milagrosamente al bañarse en las aguas del manantial. Al avanzar un poco y salir del manantial vemos la primera zona interesante de esta ruta: el mirador de Fernando VII, que fue uno de los reyes que más fama dio al balneario cuando en 1827 lo visitó con su esposa María Amalia de Sajonia para buscar remedio a la esterilidad. En honor a este rey tenemos este bonito mirador a orillas del río Cuervo.
Dejamos el río a mano derecha que va entrando en esta zona hasta unirse al Guadiela en el embalse de Chincha y comenzamos a ascender por la ladera. El paisaje se llena de bujes, quejigos, acebos y tilos creando unos colores impresionantes por un paraje precioso que nos sube, siguiendo en todo momento una serie de marcas rojas dibujadas en la roca, hasta el punto más alto de la ruta.
En lo alto de la montaña llama nuestra atención una gran cruz de hierro pintada de color blanco conocida como la Cruz del Solán. Las vistas del balneario desde este punto son impresionantes, así como la hoz abrupta que forma el río Cuervo. A mano izquierda de esta cruz tenemos el paraje del Castillo de los Siete Condes que ya conocimos en una de nuestras rutas. Desde aquí la mejor forma de volver al coche es deshacer el sendero hasta el inicio. En total haremos unos ocho kilómetros.