La España llena también existe

Palma

Balears es el archipiélago con mayor densidad demográfica del Mediterráneo, y subiendo.

Nunca nos hemos quejado por estar apretados, pero observamos con notable sorpresa cómo la sensibilidad se traslada hacia la España vaciada.

Quién la pillara.

Todos hablan hoy de esta mítica España vaciada.

No para llenarla, sino para mantener su situación de tranquilidad dotándola de las hipotéticas ventajas de la España llena.

Es decir, tendremos que pagar más y que estrecharnos adicionalmente para vivir peor y mejorar las condiciones de lugares deshabitados.

Suena tentador.

En discursos ante el Congreso, el propio Sánchez confesó abiertamente que “el acceso a los servicios públicos en la España vacía” suponía una discriminación.

Ha llegado el momento de plantear que la España llena también existe, y que tiene problemas, la mayoría de ellos derivados del agobio por una concentración excesiva de población.

Los servicios a que no se accede en la España vaciada por su inexistencia, están vedados en la España llenada por su saturación.

Con la diferencia a favor de los vacíos de que la vivienda es más barata donde no hay gente.

Feliz aquel que huye del mundanal ruido, pero después que no se queje.