José Real, huérfano de minero: 'Si me lo ofrecen, vuelvo a la mina'

Ponferrada

José Real Saavedra conserva un vivo recuerdo de las horas posteriores a la muerte de su padre, Adolfo Real, una de las 10 víctimas del trágico accidente del pozo María de la MSP, en el valle de Laciana.  Este 17 de octubre se cumplen 40 años de aquel siniestro y él tenía solo 4, pero la imagen  de las quemaduras que presentaba el rostro del cadáver, al que se acercó para besar el cristal del féretro, le ha permitido mantener la teoría de que el accidente que se llevó por delante la vida de 10 mineros de Laciana se produjo por explosión de grisú y no por hundimiento, como quedó reflejado en los informes oficiales que nadie quiso revisar. Esa frustración acompaña a José y al resto de las familias, si bien mitigada por la constatación de la solidaridad de un valle minero que tampoco lo ha abandonado desde entonces: 'Mi madre se quedó viuda con dos niños y todos los vecinos le echaron un cable'

Horas trágicas

De hecho, dos mil compañeros participaron sin descanso durante dos días en las labores de localización de los mineros, pese a que con el paso de las horas, eran más conscientes de que el desenlace iba a ser fatal. La vida pasa, las minas han cerrado en toda España, pero el minero lo es para toda la vida, como demuestra José, que trabajó en mina de interior hasta que finalizó su empleo en contratas y tuvo que buscarse la vida en otro sector. Ahora, si se lo ofreciesen, aún volvería al pozo 'sin miedo' porque se siente minero antes que otra cosa.

Además de Adolfo Real, el pozo María se convirtió en una trampa mortal para Manuel Gómez, José Ouviña, Alfredo Prieto, Arselí Fernández, Emilio Pinillas, Otilio Álvarez, Antonio Restrepo, Manuel González y Basilio Uría.

Ampliar

El próximo sábado, la localidad de Caboalles de Abajo, donde hoy todavía se eleva el castillete minero del pozo María, se celebrará una misa a las once de la mañana y a continuación una ofrenda floral ante el monumento al minero.