La Comunidad obvia los informes médicos de un profesor y le obliga a ir a un centro a tres horas de su casa
Santiago, con diabetes de difícil control con episodios de hiploglucemias, no puede conducir y los propios servicios médicos de la Comunidad han recomendado a educación que lo traslade a un centro más cercano. Educación se lo ha denegado en dos ocasiones.
Madrid
Desde hace 45 años, Santiago sufre diabetes mellitus tipo I, de difícil control, con episodios frecuentes de hipoglucemias, que en alguna ocasión han estado a punto de acabar con su vida. Este profesor de Biología y Geología de Madrid recuerda como hace tres años, cuando viajaba en coche para llegar a su instituto en Collado Villalba, uno de estos episodios le hizo perder el control del vehículo y casi se mata. Desde aquel día no ha vuelto a coger el coche por recomendación de sus médicos. Y desde entonces viene litigando con la Comunidad de Madrid que le obliga a dar clase en un centro muy alejado de su domicilio, lo que pone en riesgo, según este docente, su vida.
Sus informes médicos e incluso el último informe de la inspección de salud de la consejería de educación ratifican que Santiago tienen una diabetes lábil y constatan que solo puede desplazarse al centro de trabajo en transporte público, por lo que aconsejan que evite desplazamientos superiores a 30-45 minutos. Este profesor vive en Colmenar, pero la consejería de educación, a pesar de sus informes médicos, le dio el curso pasado una plaza definitiva en un centro de La Cabrera, al que tarda seis horas diarias en desplazamientos en transporte público. "Insostenible para mi enfermedad", asegura Santiago.
Ir desde Colmenar hasta La Cabrera a diario supone para este docente una rutina que es incompatible con su salud. "Tengo que levantarme a diario a las 4 de la mañana para ponerme la insulina media hora antes de comer algo de desayuno, cojo el autobús a las 5.45 y hago transbordo a las 6.15 en Plaza de Castilla para llegar hasta mi instituto. Debido a la diabetes necesitaría comer siete horas después del desayuno pero es imposible porque hasta las dos y media no terminan las clases", relata Santiago, "como pronto, tras la vuelta en autobús, llego a casa a las siete de la tarde". Una rutina que, asegura, no le permite seguir con los tres pilares de su enfermedad: insulina, dieta y ejercicio.
Hasta en dos ocasiones, la consejería de educación le ha denegado la comisión de servicios para poder optar a una plaza más cercana a su domicilio. Ante la primera negativa, Santiago presentó una demanda en los tribunales y el juicio está fijado para el 21 de mayo de 2020. Esta situación y sus descompensaciones de glucemia, agravadas por el traslado hasta La Cabrera, le llevaron a una baja médica. Sin embargo, para su sorpresa, el Instituto Nacional de la Seguridad Social le dio el alta tras pasar por el tribunal médico a los cinco meses de esa baja, y la consejería de educación le obligó de nuevo a volver a su plaza. Santiago también ha demandado a la Comunidad de Madrid por esto.
El médico le dio la baja de nuevo porque ahora este docente sufre ansiedad y un principio de depresión. "Estoy en tratamiento con ansiolíticos y voy al psiquiatra cada quince días", asegura. En mayo, con este panorama, volvió a solicitar un centro más cercano para trabajar. Cuatro meses después, educación le contestó con otra negativa, la segunda. Ahora la consejería de Enrique Ossorio ha explicado a la SER que estimaron mal el tiempo que tardaba en llegar a La Cabrera "que superaba el que recomendaban los médicos", según aclara un portavoz, "se está buscando un centro más cercano a su domicilio y se le comunicará en breve el nuevo destino".
¿Por qué ahora sí y en septiembre le dijeron no? Educación cree que hubo algún fallo en la tramitación porque Santiago presentó la solicitud bien. Solo unas horas después de que la Cadena SER se interesara por este caso, el propio director de la Dirección de Área Territorial Norte de la consejería de educación, José Carlos Fernández Borreguero, llamó a este docente para pedirle disculpas y asegurarle que arreglarán su situación.