Los expertos abogan por 'reutilizar' los espacios degradados de la Gran Corta o la cantera de Catisa
Consideran necesario un equilibrio entre su recuperación natural, la dotación de nuevo equipamiento y el mantenimiento de los elementos que expliquen la razón histórica del paisaje
Ponferrada
Recuperar los espacios degradados por la actividad extractiva con elementos funcionales que expliquen el porqué de un determinado paisaje.
Es la principal conclusión del curso formativo que se ha desarrollado en la casa del parque de Médulas y en el que, entre otras cuestiones, se ha abordado la posibilidad de eliminar la cantera de Catisa en el yacimiento aurífero o recuperar la Gran Corta de Fabero. En el caso de la antigua cantera, las propuestas han surgido de alumnos del grado de Arquitectura de la Universidad Nebrija a lo largo de un proceso de dos años, pero la mayor parte son inasumibles, según los coordinadores por el elevado coste que supondría el transporte de caliza desde otro lugar para reducir los perfiles de la explotación de Catisa. Más fácil, sin embargo, resultaría la rehabilitación de la Gran Corta dado que, prácticamente todo el terreno permanece en la zona, aunque el área a cubrir, reconoce el coordinador del curso y experto en geología, Javier Santos, es muy amplia. En este caso, pero a muy largo plazo, la idea sería suavizar los contornos del cielo abierto para plantar árboles autóctonos.
En ambos casos, la clave es conseguir el equilibrio entre la recuperación óptima del área degradada, pero sin borrar el contexto histórico, en este caso la minería, que definió la zona. De ahí que el también coordinador del curso y arquitecto, Fernando Moral apueste por una combinación entre la recuperación natural y el uso de espacio, infraestructuras y dotaciones abandonadas para inmuebles funcionales de carácter público.
Asegura Moral que espacios como la Gran Corta o la cantera de Catisa podrían ser lugares perfectos para la ubicación de centros de emergencia o dotaciones sanitarias o culturales.
El curso ha sido posible con la colaboración de la Junta de Castilla y León además de las Universidades de León y Nebrija. En las dos sesiones han participado más de 15 expertos en arquitectura, historia, arqueología y geología.